El kínder carmelo le roba alegría a Saprissa
▶ En juego de buena calidad, el equipo verdolaga igualó en cierre trepidante ▶ Gran partido de Bolaños y Torres no fue suficiente. Táctica fija golpeó a la ‘S’
Nada como un partidazo. Vibrante y emotivo, capaz de levantar al aficionado de su silla en la última jugada, cuando parece que no hay más que hacer y la feligresía se empieza a retirar del estadio. El kínder carmelo se levantó de la lona para superar el golpe anímico y rescatar un empate, al 95’.
La energía de un equipo absolutamente dinámico, de altas revoluciones y juego de combinaciones, contra otro como Saprissa, peligroso y punzante cual candidato al título. Sería injusto decir que los morados jugaron mal.
Es sencillo, ambos equipos plasmaron una idea tan atractiva como parecida. El cotejo se tornó de ida y vuelta, a razón del trazo limpio y los rompimientos morados, frente a un adversario que también empujó con la penetración por los costados, el toque de primera intención y la velocidad en las transiciones.
Fue insuficiente para los verdolagas hasta el epílogo, cuando respondieron con la táctica fija como arma esencial para romper la muralla morada.
El 2 por 2 es el resultado de un partido para el recuerdo.
El ataque. La respuesta ideal a la salida de una figura predominante es que otro futbolista, a lo mejor opacado, le resuelva los dolores de cabeza al equipo con actuaciones magistrales. Y si en esa misión de reemplazar al otrora hombre clave aparecen dos jugadores, todavía mejor.
Sucede que la S perdió a Daniel Colindres y desde ese día juega mejor Christian Bolaños; más participativo y determinante, el volante se asocia con Mariano Torres, tan influyente que a veces parece que cada jugada de gol morada pasa por sus pies. Y a esa mancuerna de tocadores se une quien hasta hace poco era visto como un fichaje de relleno: Ricardo Blanco.
En el ajedrez de Vladimir Quesada, Blanco acabó por abandonar la lateral para acompañar a los volantes; la nueva función lo liberó de las responsabilidades defensivas y le permitió redondear sus penetraciones constantes con diagonales hacia adentro, otro recurso.
Saprissa controló y dominó la primera mitad, con la clara ejecución de sus volantes, que en el funcionamiento morado fueron vitales para abrir la cuenta y ponerse arriba. Una buena ejecución de Torres por la izquierda terminó en los pies de Bolaños, quien levantó la cabeza y asistió a Blanco justo en su perfil. El volante remató cruzado y perforó las redes, al 15’.
Carmelita pobló el medio campo en la etapa complementaria para equiparar el duelo.
Lo intentaban los locales con un juego de elaboración y Jonathan Martínez como eje fundamental del trazo limpio, pero sin la capacidad para superar la portería de Kevin Briceño.
Fue en una jugada rápida que se volvieron a juntar Torres y Bolaños. El argentino recibió un pase de Michael Barrantes y sacó un centro elevado que el mundialista no necesitó recepcionar; de primera, cruzó el disparo al palo contrario del guardavallas para marcar el segundo, al 72’. En el cierre, los dirigidos por Mario Víquez no tiraron la toalla. A la premisa de adelantar líneas se sumó otro recurso: el balón parado. El joven Jorge Gutiérrez, de buen ver en el duelo, cobró un tiro libre magistral a solo siete minutos del cierre para anotar el descuento.
Cuando el partido estaba por acabar, y el tiempo de reposición se agotaba, se produjo otra jugada de bola muerta. Un centro al área bien colocado a la cabeza de Carlos Montenegro, quien consiguió el empate al 95’. 2 por 2. Partidazo.
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