La Nacion (Costa Rica)

‘Team’ le ‘robó’ 41 jugadores a otros clubes en 5 años

▶ Jafet Soto afirma que la estrategia ha sido exitosa: 9 finales y cinco títulos

- Steven Oviedo steven.oviedo@nacion.com Roberto García “¿Qué más da si un entrenador no ha sido jugador profesiona­l? ¿Acaso lo quieren para que se ponga los tacos a medio tiempo?”

En Fuerza Herediana hay un lema que puede caer mal en el resto equipos: primero esta Herediano, segundo Herediano y tercero Herediano.

Desde que asumió la administra­ción del equipo, hace cinco años, se modificó radicalmen­te la política de fichajes del club rojiamaril­lo.

El 16 de abril de 2013, David Patey firmó el contrato para liderar el equipo por 30 años y , desde ese momento, los florenses han puesto a tambalear el mercado de piernas con movidas polémicas... y otras han sido más discretas.

Lo cierto es que le arrebataro­n jugadores a equipos grandes y pequeños .

“Esto es oferta y demanda. No es que le hemos quitado un montón de jugadores a otros equipos, pero siempre va a estar primero Herediano”, explicó Jafet Soto, gerente del Team.

En total, el equipo rojiamaril­lo se ha llevado a sus filas a 41 futbolista­s que pertenecía­n a otros clubes nacionales y 15 de ellos se mantienen en el equipo.

Las 11 divisas de la Primera División fueron victimas de las garras de Fuerza Herediana, junto a otros tres planteles que ahora militan hoy en día en la Liga de Ascenso.

La forma de negociar del club va desde convencer al jugador que les interesa cuando está por finiquitar su contrato, hasta llegar a algún acuerdo con los equipos nacionales.

Jafet Soto fue el gestor de este cambio, tan agresivo como polémico. El Team pasó de nutrir a Saprissa y la Liga, a competir de tú a tú y muchas veces ganar.

“Nos remitimos a los hechos. Tenemos nueve finales consecutiv­as y cinco títulos. Es una compañía que ha ejecutado el plan de desarrollo. Se ha ejecutado tal cual lo vimos por primera vez. Estamos en el segundo quinquenio y vamos bien”, apuntó Soto.

Su método. En el Herediano tienen una matriz para evaluar a los jugadores antes de que lleguen al equipo.

Se analizan diferentes aspectos como rendimient­o, posición, actitudes, experienci­a y estadístic­as individual­es. Con base a las calificaci­ones recibidas, se le ofrece al jugador la oportunida­d de llegar a la institució­n.

La evaluación la hace Soto junto con Rolando Villalobos (director de liga menor) y el exjugador Kenneth Paniagua.

En los 41 fichajes realizados por el Team, hay casos muy sonados. En el 2016, José Guillermo Ortiz dejó la Liga para firmar con el Herediano y luego se concretó la venta al DC United de la MLS. Las ganancias terminaron en las arcas florenses. Otro golpe para el León fue cuando le robaron al canterano Juan Pablo Vargas.

A Saprissa lo sorprendió al firmar a Jimmy Marín, quien estaba en las divisiones inferiores. Hoy el joven es un jugador regular en el club.

También aprovechó algunas oportunida­des para hacer buenos negocios, como cuando la Liga despidió a Johnny Acosta. Soto lo firmó y el jugador terminó por disputar el Mundial de Rusia, lo que le generó ganancias al plantel. También ha tenido buen ojo para recuperar jugadores, como Rándall Azofeifa, descartado por Saprissa.

En medio de las contrataci­ones de peso también hay algunos tropiezos, como cuando Soto apostó por Jorge Alejandro Castro, LeMark Hernández, Ricardo Blanco o Kevin Vega.

A la fecha, la premisa de Soto es renovar el plantel. Por esta razón contrató a José Leitón, Allan Cruz, Heyreel Saravia, Youstin Salas, Gerson Torres, Yecsy Jarquín y Keysher Fuller; quienes antes de terminar sus contratos con otros clubes ya estaban firmados.

■ PERIODISTA roberto.comunic@gmail.com

De veras que en este país no acaba uno de sorprender­se. Vamos a hablar de fútbol, pero, permítanme, de aperitivo, lo siguiente: Eso de que los juristas podrían tardar semanas -quizás, meses-en declarar ilegal la huelga de los últimos días, es inexplicab­le, pues cualquiera de nosotros, legos en la materia, estamos en capacidad de discernir entre reivindica­ción social y vandalismo.

Ahora sí, en relación con la famosa comisión de notables que lleva a cabo la durísima tarea de elegir un director técnico para la Selección Nacional de fútbol, resulta que uno de los elementos, válido por cinco puntos en la calificaci­ón general de los candidatos, según entiendo, se refiere a que convendría que el selecciona­dor escogido haya sido futbolista, alguna vez en su vida.

Por más vueltas que le doy al ítem ese, no le atino ni le encuentro utilidad.

¿Qué más da si un entrenador no ha sido jugador profesiona­l? ¿Acaso lo quieren para que se ponga los tacos a medio tiempo, en caso de que su planteamie­nto no funcione?

Lo que se requiere es que el timonel sepa de sistemas de juego, de táctica y estrategia y que ejerza con autoridad y liderazgo, pues, un buen míster debe ser ejemplo de orden, disciplina y estudio.

Pero eso de que, idealmente, el entrenador a escoger ha-

Tacos...

ya sido futbolista profesiona­l, me suena al tonto argumento que he oído en diferentes oportunida­des de parte de exjugadore­s que ejercen el análisis y el periodismo deportivo, de que quienes no tuvimos la suerte de jugar profesiona­lmente, no podemos opinar de fútbol, como si se tratara de física cuántica.

No suelo ser mal pensado, pero, diay, ahora caigo en la cuenta de que Jorge Luis Pinto Afanador, por mucho, el director técnico más exitoso en la historia del fútbol costarrice­nse, por lo alcanzado en Brasil 2014, nunca fue futbolista profesiona­l…“¡Ah, caray!”, diría don Abel Pacheco.

¿Será por eso que a los notables les dio por incluir el ítem, para afectar de algún modo la hoja de vida del cafetero? No, no, no puede ser. Sería inaudito, dado el alto nivel de la comisión de notables. ¿O sí podría ser? “¡Ay, no, a mí me va a dar algo!”, diría doña Tere, la señora de La Pensión.

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