Cuatro ‘ángeles’ corren para atacar el cáncer
Cuatro enfermeras de quimioterapia del Hospital México trabajan más horas de la cuenta para atender a 100 pacientes que llegan a diario; una paciente las definió así: ‘ángeles’
Para ellas, las jornadas en el servicio de Quimioterapia del Hospital México superan, con facilidad, las nueve horas.
Andan de un lado a otro para revisar signos vitales, corroborar que las venas de los enfermos soporten el químico que les inyectan para combatir el cáncer y, muy importante, para dar ánimos, porque saben que la vida de esas personas depende de su trabajo como enfermeras.
Lorena Vargas lleva 28 años de ser enfermera. Ana Yancy Víctor, 29. Ambas han trabajado más de nueve horas diarias en ese servicio desde que se inició la huelga que hoy llega a su día número 18.
Ahí usualmente laboran 12 enfermeras, pero debido al paro contra el plan fiscal, cuatro profesionales, incluidas Lorena y Ana Yancy, han tenido que asumir la carga de trabajo del personal ausente, para procurar el tratamiento a los enfermos con cáncer.
“Soy enfermera y ellos son mis pacientes. Es mi deber estar aquí porque ellos nos necesitan. ¡Claro que me duelen los pies y las manos por el recargo, pero mi corazón me dice que debo estar aquí”, dijo Vargas.
En el Hospital México, la cantidad de pacientes que acude a ese servicio no baja del centenar diario, pero puede duplicarse en los días más difíciles.
Marjorie Obando, jefa del servicio de Hemato-Oncología del México, reconoce que el área de aplicación de quimioterapia es una de las que ha tenido que soportar mayor recarga debido a la movimiento de protesta.
La consulta externa de ese servicio está integrada por Hematología, Medicina Paliativa, Radioterapia y Oncología Médica. Además, están quimio y radioterapia.
La reducción del personal disponible en el área de quimioterapia los ha obligado a modificar tratamientos, dijo Obando.
“Hay unos pacientes que tenían tratamientos semanales y se ha tenido que modificar: ya no es semanal, sino cada 10 o 12 días”, admitió Obando.
Radioterapia, aclaró Obando, sí ha funcionado con relativa normalidad con su nuevo horario de 24 horas desde junio, y los tratamientos no se han interrumpido por esta causa.
Con los pacientes oncológicos en la consulta externa han tenido dificultades porque no están listos los reportes de servicios como rayos X, y se les debe reprogramar la cita.
No paran de caminar. Revisan expedientes, confirman que la preparación del medicamento coincida con el paciente a quien se lo van a suministrar, y pasan permanentemente pendientes de quienes manifiestan el mínimo malestar con el químico que entra en su cuerpo.
No paran de caminar en los dos salones con 44 sillones que tiene dispuesto este servicio en el México. El martes, esas dos salas permanecieron llenas. Un paciente se iba y otro lo sustituía inmediatamente.
La segunda semana de la huelga y ante la escasez de personal, tuvieron que acomodar a los enfermos en una sola sala con el fin de que las cuatro profesionales en Enfermería pudieran tener un mayor control de los tratamientos.
Esto obligó a decenas de pacientes a soportar esperas más prolongadas de lo habitual, de hasta tres o cuatro horas más.
Los pacientes están dispuestos a esperar porque lo necesitan. No les queda otra salida.
“Son nuestros ángeles”, afirmó Rosario Álvarez Arias, vecina de La Ribera, en Belén de Heredia, quien recibe quimioterapia desde hace seis meses para atacar un mieloma múltiple.
Ella estuvo internada recientemente y también fue testigo de cómo una sola enfermera se hizo cargo de cuatro enfermos muy graves.
“Respeto lo de la huelga, pero también hay que ver que en estos casos, nosotros estamos enfrentando procesos dolorosos. Muchos no fueron a la huelga para quedarse al lado de nosotros”, dijo Álvarez.
Salen de noche. Steven Salas Herrera, un joven soldador de Cañas, Guanacaste, viaja todos los días para recibir quimioterapia contra una leucemia que le diagnosticaron el 8 de mayo del 2017. Su mamá, Ruth Herrera Porras, lo acompaña. Hay ocasiones en que toman el bus (¢12.000 diarios que financia la CCSS) a San José a las 2 a. m.
“No estoy afectado por el tratamiento, pero sí por las presas de los bloqueos. El viaje en sí es lo que se me ha complicado”.
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