Yoga, cuentos y vehículos eléctricos cerraron el SEE
→Niños conocieron casos reales de seres marinos afectados por la contaminación →Muchos manejaron autos amigables con el ambiente en pista de Parque Viva
El primer Congreso Latinoamericano de Sostenibilidad, Ecología y Evolución (SEE 2018) finalizó este sábado con un día dedicado al público en general, que pudo ingresar a la sede del evento, en Parque Viva, en la Guácima de Alajuela, para disfrutar de una agenda llena de conocimiento y entretenimiento.
En la mañana, quienes visitaron el recinto tuvieron la oportunidad de participar en un clase de yoga impartida por el instructor José Francisco Rivera, de Mulani Yoga.
El sol de la mañana hizo juego con los árboles y el canto de las aves para crear el escenario perfecto para la sesión, que se llevó a cabo en el sector de Parque Viva conocido como “el bosque”.
Por su parte, los niños se adueñaron de los pasillos y salones que, durante jueves y viernes, estuvieron ocupados por estudiantes, empresarios, investigadores y otros participantes, muchos provenientes de otros países y diversas regiones de Costa Rica, para conocer sobre las propuestas más innovadoras en materia de sostenibilidad aplicada a los negocios y a la vida cotidiana.
Los más pequeños también tuvieron un espacio especial, a cargo de la bióloga marina y educadora ambiental Jessica Sheffield, quien les leyó su cuento titulado La guardiana de la naturaleza y sus amigos salvan el río. El texto, ilustrado por Shannon McWhirter, busca educar a los menores sobre las consecuencias dañinas que tiene la contaminación en la ecología y así inspirarlos a cuidar los recursos naturales.
Sheffield compartió fotos de casos reales en los que animales marinos, como tortugas y aves, se vieron perjudicados por la presencia de bolsas plásticas y otros desechos que terminan en los océanos.
“Muchos problemas del desarrollo humano sostenible se resuelven con una solución fundamental, y es la educación ambiental desde la infancia, desde que ingresan al sistema escolar”, aseguró la escritora.
El esfuerzo que realiza Sheffield también pretende llegar a los docentes y brindarles insumos para que puedan tratar el tema con sus estudiantes.
Propuestas innovadoras. No solo las grandes compañías tuvieron la posibilidad de presentar sus propuestas durante los tres días del Congreso SEE 2018; el evento también sirvió de vitrina para que otros pequeños emprendimientos dieran a conocer sus iniciativas. Este fue el caso de la empresa familiar Bicichocolate, la cual se dedica a crear productos derivados de la semilla de cacao, como chocolate amargo, pinolillo y tés a partir de la cáscara de cacao. Lo más innovador de este esfuerzo es que utilizan “bicimáquinas” para generar la energía que hace funcionar un molino, una tostadora y hasta una licuadora. Además, se dedican a hacer talleres educativos sobre la bicitecnología. “Todo empezó porque tenemos una finca de cacao en Sarapiquí y vimos la necesidad de darle un valor agregado. Vimos cómo es que se trabaja la semilla para hacer chocolates y eso se juntó con que me gusta el ciclismo. Entonces, encontré una ‘bicimáquina’, que era un molino que me podía ayudar, y así empezó”, relató el emprendedor Andrés Ulate.
Ayer, los asistentes al SEE 2018 también tuvieron la oportunidad de participar en charlas cortas con reconocidos líderes nacionales e internacionales, que promueven la sostenibilidad en sus empresas y comunidades. Pero, además, pudieron probar por sí mismas las nuevas tecnologías en transporte, gracias a las pruebas de manejo que se habilitaron, tanto de autos híbridos como eléctricos, así como de motocicletas.
Galardonado con el premio Bandera Azul Ecológica en la categoría de “evento especial”, Parque Viva colocó distintas estaciones de reciclaje –cada una con cinco basureros rotulados– para que la gente desechara su basura. Esto puso a prueba a más de uno, que, al acercarse a depositar sus botellas de plástico, latas o cajas de cartón, se mostró confundido.
No obstante, había guías asignados a cada uno de estos espacios para guiar a los participantes en esta tarea.
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Sitios de alto valor arqueológico e histórico son sumamente atractivos para los turistas.
Sucede en todas partes del mundo: lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y que requieren de acciones para su conservación, son, a su vez, espacios muy apetecidos por el turismo, y así generan el dinero necesario para su mantenimiento.
Justamente, este fue uno de los temas discutidos en el primer Congreso Latinoamericano de Sostenibilidad, Ecología y Evolución (SEE) que se celebró en Parque Viva esta semana. El foro contó con la participación de personas que ya han estudiado y trabajado directamente el tema: Tomás Barrientos, investigador de la Universidad del Valle, en Guatemala; Guiselle Méndez, del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac); Allan Valverde, de la Universidad de Cooperación Internacional (UCI), y Juan Carlos Calvo, del Área de Conservación de Guanacaste.
Ellos discutieron sobre cómo deben tratarse estas áreas, no solo para obtener la acreditación como Patrimonio de la Humanidad, sino también para mantenerlas.
“Para el turista, esto es importante porque es vivir una experiencia. No es lo mismo ver una foto que estar respirando en el lugar. Por eso, deben tenerse planes para que los visitantes puedan verse beneficiados de la experiencia y su dinero pueda aportar a la conservación del sitio. Las comunidades puedan sacar provecho para subsistir, pero que el impacto que genere el turismo no dañe la conservación del lugar”, advirtió Barrientos. “Abrir visitación en cualquier lugar es un riesgo, si no está regulado. La persona no sabe hasta qué punto sus actividades como turista pueden afectar y no lo mide. Si no se regula, es peligroso”, dijo.
Valverde agregó: “Sí es posible lograr el equilibrio. Tenemos ejemplos positivos y otros no tan positivos. Estos sitios patrimonio no son cualquier espacio. Son frágiles. Son, o muy antiguos o con características especiales que los hacen más sensibles. Sí puede haber visitantes, pero no pueden estar por encima de la conservación”.
Labor conjunta. Hay formas de conseguir equilibrios para que todas las partes puedan alcan- zar el mayor provecho, pero esto implica esfuerzo de varios frentes: la academia, el sector turismo y las comunidades locales, entre otros. “Los administradores deben entender que la conservación es el punto de partida, pero el turismo puede ayudar en esa conservación”, señaló Méndez.
Para los panelistas, hay que considerar otros puntos, como que los sitios patrimonio de la humanidad también sufren los embates del cambio climático y que los planes que incluyan una intervención humana deben tomar esto en cuenta.
“¿Le conviene a un país tener más sitios de declaratoria de patrimonio con todas las responsabilidades que esto implica?”, se preguntó Barrientos. En Costa Rica, de momento, no hay planes de nuevas declaratorias. “Primero, debemos fortalecer los que ya tenemos”, concluyó Méndez.
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