Un barbero es el mentor de Barlon, el talento erizo
▶ El joven que la Liga pensó enviar a Segunda, se convirtió en su revelación
Doña Milagro Sibaja, la mamá de Barlon Sequeira perdió la cuenta de los adornos que le quebró aquel chiquillo al patear el balón en su casa en San José Sur de Atenas.
Cuando tenía unos cinco años, ese talento que hoy brilla con Alajuelense aprendía más de fútbol con Quique Porras. En la escuela, lo que más disfrutaba era la mejenga en los recreos, volvía con el uniforme y los zapatos raspados.
Pero no era suficiente y al llegar a su casa solo cruzaba la calle para ir a la plaza, acompañado por su tío Humberto .
Él lo veía y le sorprendía que ese niño de ocho años pateaba bien y con técnica. Conversó con su hermana y le dijo que había que impulsar a ese niño y que debían hablar con Víctor Julio ‘Yulo’ Oconitrillo, el famoso barbero de Atenas que tenía el mejor equipo de ahí y en donde Barlon quería estar.
Doña Milagro le hizo caso a su hermano y fue a buscar a ese señor para que se lo admitiera en el equipo de Sabana Larga.
“Comenzó a llegar, empezamos a entrenar, a salir a jugar a todo lado. Aquí hacíamos los campeonatillos de ligas menores y también mucha cuadrangular con todos los pueblitos”, comentó Oconitrillo.
Con mucho orgullo cuenta que él puede darse el lujo de decir que pese a que fue un entrenador empírico, estuvo presente en la formación de muchos talentos. La generación de Barlon fue la última que sacó, pues se retiró de banquillo.
En Atenas, don Yulo tiene fama de estratega. Él fue el formador de Mario Víquez. También guió en sus inicios a Verny Ramírez y del mismo grupo de Barlon sacó a Kevin Espinoza.
“Yo le puedo decir una cosa, Barlon da más todavía, aunque está en la Liga, él puede mejorar. Él ha participado en todas las selecciones menores, desde la Sub-15 y ha ido ascendiendo”.
Considera que Sequeira duró un poco en reventar, pero en parte, es por su forma de ser.
“Yo le decía que él era como una centinela, porque pasaba por la orilla y los demás no lo veían; aparte de rápido, él era muy bajito. Nosotros todos los domingos viajábamos, a San Carlos, Cartago... nos dimos el gusto de jugar con los moscos de todos los equipos y hubo un día en el que yo hablé con la mamá de él y le dije que no quería que se quedara así, porque aquí teníamos a José Carlos Chaves Innecken que tiene una escuelita acá y debían meterlo ahí”.
Victorino Quesada lo tuvo siete meses y lo llevó a hacer prueba con una filial de Alajuelense. La primera vez no le fue muy bien, luego entró a la U15.
“Había que levantarse a las 5 a. m. para irlo a dejar, porque a esa hora y un chiquito de esa edad y en un bus para ir a Alajuela solo... como que no. Yo siempre le he dado mucha pelota en llevarlo e irlo a ver jugar”, citó el tío, Humberto, a quien Barlon define como la persona que más lo ha impulsado para abrirse camino en el fútbol.
Pronto llegaron las convocatorias a las selecciones menores y madrugaban más, pero ahí detectaron que sí tenía talento.
No eran quejas, pero los profesores del colegio llamaban a la mamá de Barlon para decirle que él solo pensaba en el fútbol. Hubo una profesora que la aconsejó para que lo impulsara.
Sequeira debutó el 28 de agosto de 2016 en Primera, bajo la dirección técnica de Wílmer López. Sus familiares estaban en el estadio y sabían que iría en el banco, pero cuando anunciaron las formaciones, lloraron de la emoción al oir que era titular.
Previo al inicio de este torneo, le comunicaron que iría a la Segunda División, pero en un amistoso contra San Mateo hizo tres goles. Le dijeron que llegara a las prácticas y Luis Diego Arnáez lo metió en la convocatoria para el 5 de agosto en Cartago.
Ingresó de cambio, tuvo alta cuota de responsabilidad en la victoria agónica de la Liga ante Cartaginés y desde ese día es titular. Ayer, su club extendió el contrato por cuatro años, igual que a Jurguens Montenegro.
Tiene proceso de selecciones. Fue a los Mundiales Sub-17 y Sub-20. En su casa creen que pronto vendrá su primer llamado a la Mayor.
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