¿Crisis de redacción en el Colypro?
El año anterior, el periódico La Nación publicó el reportaje titulado “Mala redacción de alumnos causa alarma en universidades”. Los subtítulos eran: “Fallas en comprensión de textos, escritura y ortografía afectan desempeño de estudiantes” y “77 nota promedio en redacción y ortografía”. Esas notas, muy posiblemente, se llevarán a sus trabajos como profesionales.
Preocupación confirmada.
La inquietud de que se lleven las pobrezas en redacción al ámbito laboral la confirman los líderes del Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes (Colypro). Son profesionales, la mayoría con más de un título universitario en su currículo y dirigen al colegio más grande de nuestro país, con cerca de 60.000 agremiados de un sector muy apreciado por la sociedad: los educadores.
Un año de trabajo infructuoso. En esa prestigiosa corporación, para elegir a sus dirigentes, un grupo de siete profesionales (Tribunal de Elecciones) invirtió casi un año de trabajo para redactar un reglamento que luego fue avalado para su publicación por otros nueve profesionales (Junta Directiva). Ese reglamento fue publicado en el diario oficial La Gaceta, alcance 132, el 18 de julio pasado.
Enredadísimo.
En el referido reglamento se puede leer este embrollo: “Artículo 7: En todos los procesos electorales del Colegio, se garantizan las necesidades especiales de los colegiados que lo requieran, de cualquier índole, respetando lo establecido en la Ley 7600 y concordantes”. ¿Cómo puede el Colypro “garantizar necesidades especiales a quienes lo requieran”? ¿Quién iría a solicitarlas? Lo que sí se puede es garantizar que las personas que tengan necesidades especiales cuenten con facilidades para que puedan ejercer el voto.
Ignorancia de significados.
En el artículo 14 se pide al candidato que indique el “cargo al que ostenta”. “Ostentar” es exhibir, mostrar, enseñar, lucir. Evidentemente, nadie puede lucir lo que no tiene. Por eso, los candidatos no “ostentan” ningún cargo. Más bien “se postulan o aspiran” a un puesto, que es muy diferente.
Redacción ilegal.
El artículo 39 dice de los candidatos ganadores: “Quienes asumen por un periodo de tres años, y en forma extraordinaria cada vez que se requiera y no se pueda cumplir con la sustitución de vacantes que establece el presente reglamento”. Esto equivale a tener un “personal interino para sustituciones” que el tribunal no puede poseer porque sería ilegal.
Gazapo reglamentario.
En el artículo 15 se establece que: “El Tribunal Electoral ‘tiene la potestad de revisar, prevenir y rechazar a las agrupaciones políticas y candidaturas con los requisitos previstos’” en ese reglamento. ¡Estamos fregados! Aunque se cumpla con los requisitos que el reglamento prevé, el tribunal “tiene la potestad de rechazar” a cualquiera, aunque cumpla “con los requisitos previstos”. ¡Mejor que nadie intente ser candidato!
Más ilegalidades.
El artículo 55 habla sobre la “calificación” de los días para interponer denuncias o presentar recursos. Dice: “Cualquier denuncia tiene un plazo de tres días naturales de caducidad para poder interponerse”.
Esto implica que si a un candidato le comunican alguna resolución un viernes, ya perdió dos días para apelar (sábado y domingo), ¡y salado si el lunes es feriado! En el artículo 68 se determina que los días son “naturales”, pero los artículos 69, 70, 73 y 74, muy concretamente, establecen que “los días son hábiles”. ¿A cuáles artículos haremos caso?
Adefesio de redacción.
Lo aquí expuesto es solamente una pequeña muestra de la escritura de 79 artículos publicados en
La Gaceta. Ese reglamento, como dice Paquita la del Barrio, es un “adefesio mal hecho”. Con seguridad, por sus yerros, esa “redacción” no representa a los educadores del país. Quienes lo redactaron y quienes lo avalaron para que se publicara, de acuerdo con lo analizado, no alcanzan ni la nota mínima de un 70 para pasar…
Hay que corregir. Un grupo de colegiados iniciaremos una campaña para convocar una asamblea extraordinaria para que ese hazmerreír de reglamento sea mejorado y represente, como se debe, al Colypro.
Hay profesionales con más de un título que redactan peor que muchos colegiales