Occidente acusa a Rusia de hacer ciberataques globales
→También Holanda y Reino Unido señalan por espionaje militar a los moscovitas →Entre los objetivos estaban la FIFA y la Agencia Mundial Antidopaje
LA HAYA. AFP - Varias potencias occidentales acusaron este jueves a Rusia de orquestar ciberataques mundiales, incluido uno a la sede de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), ubicada en Holanda.
El Departamento de Justicia estadounidense anunció la imputación de siete presuntos miembros de la inteligencia militar rusa, el GRU, por una campaña global de ciberataques contra sectores deportivos, una agencia internacional y una firma especializada en energía nuclear.
Poco antes, las autoridades holandesas anunciaron que habían expulsado a cuatro agentes rusos del GRU en abril, después de que intentaran llevar a cabo un pirateo de la OPAQ, con sede en La Haya.
En aquel momento, la Organización analizaba un presunto uso de armas químicas en Siria, que los países occidentales atribuyeron a las fuerzas del régimen sirio, respaldado por Moscú, así como el envenenamiento con una sustancia neurotóxica del exespía ruso Serguéi Skripal en Inglaterra, del que Londres acusó también a Rusia.
La operación policial en Holanda contó con la ayuda de Reino Unido, que también atribuyó a la inteligencia militar rusa algunos de los principales ciberataques realizados en el mundo en los últimos años.
“Con la operación expuesta hoy (ayer), hemos arrojado nueva luz sobre las inaceptables actividades cibernéticas del servicio de inteligencia militar ruso”, afirmaron en un comunicado conjunto la primera ministra británica, Theresa May, y su homólogo holandés, Mark Rutte.
Identificados. El jefe de los servicios de inteligencia holandeses, el general Onno Eichelsheim, identificó a los cuatro hombres como Oleg Sotnikov, Alexéi Morenets, Alexéi Minín y Yevgueni Serebriakov, y confirmó que llegaron a Ámsterdam el 10 de abril, con pasaportes diplomáticos rusos. Un día después, alquilaron un automóvil y realizaron un reconocimiento en torno a la sede de la OPAQ, vigilados todo el tiempo por la inteligencia holandesa.
Dos días más tarde, estacionaron en el parqueo de un hotel cercano a la sede del organismo, desde donde tomaron fotos, explicó Eichelsheim.
Los servicios holandeses neutralizaron después a los cuatro rusos y encontraron en el vehículo equipos electrónicos para interceptar la red inalámbrica y los códigos de acceso de la OPAQ, así como un tiquete de taxi desde el cuartel del GRU en Moscú hasta el aeropuerto Sheremétievo, de la capital rusa.
La computadora portátil de uno de los cuatro tenía signos de conexiones a redes de Brasil, Suiza y Malasia, en este caso en relación con la investigación del derribo del vuelo MH17, en Ucrania, en el 2014.
La OPAQ confirmó que “desde principios del 2018” ha constatado “un aumento de las actividades relacionadas con la ciberseguridad”.
Los cuatro rusos presuntamente involucrados en el ataque a la OPAQ aparecían en la lista de los siete hombres imputados por la Justicia estadounidense.
John Demers, fiscal general adjunto de Estados Unidos para Seguridad Nacional, confirmó que entre los objetivos conocidos del ataque se encontraban también la FIFA y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), así como la empresa de energía nuclear estadounidense Westinghouse.
Demers dijo que las operaciones, que se remontan al 2014, “involucraban acceso sofisticado, persistente y no autorizado a las redes de computadoras con el propósito de robar información privada o sensible”.
Rusia, que siempre ha negado toda implicación en estos casos, reaccionó con ironía a las nuevas acusaciones.
“La espionitis aguda de los occidentales cobra importancia”, escribió el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado, y denunció un acto de “propaganda”.
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