La Nacion (Costa Rica)

Oviedo dejó de hacer goles para remodelar casas

▶ Exjugador afirma que encontró la estabilida­d económica y espiritual. Hoy es feliz con poco

- Cristian Brenes cristian.brenes@nacion.com FOTOGRAFÍA: ALLAN OVIEDO.

Allan Oviedo colgó los tacos por completo y ya no participa ni en las populares mejengas, tampoco transmite sus conocimien­tos como entrenador o formador. Atrás quedaron sus 288 partidos en la Primera División y sus 104 anotacione­s con Sagrada Familia, Belén, Herediano, Alajuelens­e, Cartaginés, Puntarenas FC y Brujas, según los datos del periodista y estadígraf­o Gerardo Coto Cover.

Allan cambió el balón por las brochas, la máquina de soldar y las herramient­as de construcci­ón. El oficio que le enseñó su padre desde niño se convirtió en el medio para llevar el sustento a su hogar y pagar las cuentas.

Lo mejor, según relata, es que es una labor que disfruta y en la actualidad realiza con su hijo, Allan Alonso.

Eso sí, estar alejado del deporte que ama no pasa por una decisión propia, el exgoleador presenta un desgaste en un cartílago de la cadera, que le impide esbozar algunos de las cualidades que lo hicieron brillar y lo llevaron a Selección, con la que disputó 28 duelos y festejó siete dianas. Tampoco puede correr o realizar ciertos movimiento­s.

“Hay cosas como bajar sacos de cemento o jalar el carretillo que mi hijo me ayuda, porque entre más peso se tiene más duele”, narró Allan Oviedo, exfutbolis­ta nacional.

Momentos complejos. El exdelanter­o reconoce que tuvo tropiezos en su vida luego de retirarse del fútbol, errores colaterale­s de la profesión que desarrollo y decisiones que no fueron del todo las mejores, pensando en su futuro, lo que lo llevó a perder gran parte del patrimonio que construyó.

No obstante, a su parecer hay un antes y un después en su vida, luego de acercarse a Dios. Más allá de los golpes que sufrió, el exjugador siente que ahora todo es diferente y poco a poco puede reconstrui­r su futuro.

“Es lo mejor que me ha pasado (acercarse a Dios), Dios fue duro conmigo para cambiarme la vida, porque se perdieron las casas, los carros y el matrimonio. No obstante, hoy en día vivo bien, tengo para comer, para tener estabilida­d y para la pensión de los niños", recalcó.

El exdelanter­o afirma que las personas aún lo reconocen, le hablan de los goles que marcó, las asistencia­s que dio y los equipos con los que jugó. Además, uno que otro le toca el tema de la Selección, aspectos que lo siguen llenándolo de ilusión.

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FOTOGRAFÍA: ALLAN OVIEDO. El exfutbolis­ta Allan Oviedo (izquierda) trabaja con su hijo Allan Alonso (derecha) en la remodelaci­ón de viviendas. El exgoleador ya no practica el deporte que le apasiona.
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Allan Oviedo jugó en varios equipos, incluyendo Cartaginés y la Liga, pero fue en Herediano donde más se lució.

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