Corrupción en salud mata a 140.000 niños al año en el mundo
→ Hay ausentismo de personal, pagos informales y robo de medicamentos
Liverpool, Inglaterra. Robo de pastillas o de dispositivos para venderlos en el mercado negro, ausentismo de profesionales bajo pretexto de capacitaciones o congresos son parte del pan diario en muchos centros médicos del planeta.
Pero en los sistemas públicos de salud también ocurren que pacientes paguen al doctor para tener un servicio más oportuno o rápido, o para conseguir medicamentos.
Como consecuencia, los asegurados “toman” la justicia en sus manos y en ocasiones hasta vandalizan las casas o vehículos de quienes no les prestan el servicio deseado.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la corrupción en los sistemas de salud provoca pérdidas anuales por $455.000 millones y la muerte de 140.000 niños, la mayoría, hijos de personas que no pueden pagar “cargos extra” por la atención.
“La gente sufre con la corrupción de los sistemas de salud. Se enferma. Se complica. La gente se muere por culpa de la corrupción en salud”, dijo a La Nación Martin McKee, profesor e investigador de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
El tema fue analizado durante un foro en el Simposio Mundial de Investigación en Sistemas de Salud (HSR2018, por sus siglas en inglés), que se se celebró la semana anterior en Liverpool, Inglaterra.
Simposio. En este panel participaron especialistas de la OMS, de la organización Transparencia Internacional, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, la Universidad de Boston y el Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Todos estos grupos llevan años investigando y tratando de prevenir y atacar la corrupción en los sistemas de salud de diferentes naciones.
“Cometemos el error de pensar que la corrupción se da solo en los países pobres, pero esto no es así, pasa en todos los países. No es un asunto solo de personas corruptas, también de organizaciones que en sí mismas son tan corruptas que ya para sobrevivir dentro de ellas se llega a prácticas corruptas.
“Hemos hablado con gente que dice que debe aceptar sobornos para mantener su trabajo, y que no renuncian a este porque no tienen dónde ir, deben darle de comer a su familia”, puntualizó Dina Balabanova, investigadora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical, durante su participación en el foro.
Lo grave, de acuerdo con los especialistas, es que la población ha “normalizado” la corrupción y, en su desesperación por obtener salud y no morir, ofrecen pagar.
“Vemos constantemente, personas que saben que requieren ser atendidas porque su condición o la de algún familiar es delicada. Ellos piensan ‘¿qué debo hacer para estar seguro de ser atendido? Voy a pagar para estar 100% seguro de que tendré la atención a tiempo’”, adujo Nahitun Naher, quien trabaja el tema en Tanzania.
Y añadió: “Lo más lamentable es que esto arrincona aún más a las personas pobres o que viven en zonas alejadas y les aleja más de recibir los cuidados necesarios”.
Pero entonces, ¿hay salida para prevenir y atacar la corrupción en la salud?
Los especialistas piensan que sí, pero consideran que es algo que no debe combatirse desde un único frente.
“No es como que hoy alguien está en la cárcel por utilizar un quirófano de un hospital público para ganar haciendo cirugías privadas y ya mañana vas a sentarlo a negociar. No funciona así. Pero si trabajamos en conjunto por ver las necesidades de los trabajadores de la salud y de los pacientes, sí se puede”, destacó Mostafa Hunter, de PNUD.
Por su parte, David Clarke, representante de la OMS, explicó que no hay una sola receta, porque no todos los países tienen los mismos niveles de corrupción.
Se debe, según dice, comenzar por hacer un diagnóstico de qué sucede en cada país, que lo motiva y qué salidas hay.
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