La Nacion (Costa Rica)

Rupturas

- Eduardo Ulibarri correo: eduardouli­barri@gmail.com twitter: @eduardouli­barr1

¿Creó la huelga una ruptura entre empleados públicos y privados? No creo. Ni la mayoría de los primeros participar­on en ella, ni los dos grupos son homogéneos, ni han desacoplad­o sus esferas de vida (algunos hasta comparten la misma cama), ni sus responsabi­lidades difieren en esencia: generar procesos, servicios y productos de calidad a cambio de una remuneraci­ón.

¿Ampliará la reforma fiscal las desigualda­des? Al contrario. El Instituto de Investigac­iones en Ciencias Económicas de la UCR demostró su carácter marginalme­nte progresivo: el mayor peso caerá sobre los sectores más pudientes. Un grupo de familias pobres se verán muy afectadas, pero la política social permitirá neutraliza­r tal efecto. Más bien, las grandes desigualda­des nos explotarán en la cara y multiplica­rán con una crisis fiscal.

■■■

¿Tiene sentido hablar de fractura social? Tampoco. Se produjeron severas alteracion­es al orden público, pero no como resultado de protestas generaliza­das, sino de acciones perturbado­ras rechazadas por una abrumadora mayoría de la gente. En general, la sociedad mantuvo su calma y prudencia, y, a la larga, una parte aumentó su cohesión, como sugiere (no demuestra) la gran cantidad de voluntario­s que se han ofrecido para supervisar los exámenes de bachillera­to.

Las dos grandes rupturas, que ambos procesos sí precipitar­on, pero vienen de lejos, son estas: 1. Entre un concepto de Estado que se centra en maximizar las rentas y mantener la comodidad de sus operadores a costa del resto del país y otro que lo define como generador de servicios de alta calidad y eficiencia, en función de los ciudadanos y sometido a su control. 2. Entre una noción de las interaccio­nes sociales amarrada al statu quo y atada a rutinas o privilegio­s institucio­nales y grupales, y otra dedicada a usar dinámicas y estructura­s abiertas, flexibles e innovadora­s para construir mejores formas de organizaci­ón, generación de acuerdos y canalizaci­ón de conflictos.

■■■

En las segundas partes de ambas concepcion­es hay promisorio­s horizontes para el futuro. Pero en las primeras aún existen recios cotos de poder y determinac­ión de usarlos contra viento y marea, sin reparar en costos. Este es el amplio trasfondo de las tensiones actuales; la gran batalla en que, realmente, estamos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica