La Nacion (Costa Rica)

Biólogo grave por mordedura de murciélago en una cueva

Sufre fallo renal por herida que se hizo al tocar animal en Dota

- Ángela Ávalos R. aavalos @nacion.com

Un biólogo de 43 años permanece en condición muy delicada en el Hospital San Juan de Dios, infectado con el virus de la rabia, confirmó el Ministerio de Salud. Su pronóstico es reservado.

Daniel Salas Peraza, jerarca de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, dijo que el hombre contrajo el virus durante un paseo familiar, el 15 de agosto, cuando ingresó con su familia a una cueva en Copey de Dota, donde había murciélago­s, él tocó uno de estos animales y fue mordido en el brazo.

El paciente ingresó al San Juan de Dios el domingo 21 de octubre, confirmó Salas.

La informació­n también fue corroborad­a por el Hospital, al que llegó con parálisis del cuello hacia abajo.

Se mantiene con respirador artificial en la Unidad de Cuidados Intensivos.

“El paciente se mantiene con falla orgánico a nivel renal, con un franco deterioro. Aunque había consultado antes en otros servicios de salud, nunca refirió el accidente con el murciélago”, informó Salas.

Funcionari­os de ese Ministerio y del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) realizan desde el lunes un rastreo por toda la zona de Dota, con el fin de detectar si hay otros casos de infección con el virus.

“Se está haciendo la búsqueda de posibles pacientes en Dota para ver si hay otros accidentes con murciélago­s. Se está dando seguimient­o. Revisamos si las personas se han vacunado o si han tenido síntomas.

”Se está haciendo la coordinaci­ón con Senasa, que está en el campo, para ver si se puede documentar más la situación de los murciélago­s en esa zona con toma de muestras para ver si hay presencia del virus”, agregó el médico Salas.

Este biólogo, aparenteme­nte, entró en contacto por su propia voluntad con los murciélago­s y fue mordido por uno en el brazo izquierdo.

El paciente, originario de San Ignacio de Acosta, también presentó problemas para tragar, fiebre alta y confusión mental, informó Salas.

Los síntomas comenzaron el 11 de octubre, casi cuatro semanas después del contacto, con el adormecimi­ento del brazo y de otros miembros del cuerpo.

Límites. Salas Peraza advirtió de que las personas nunca deben entrar en contacto con los murciélago­s ni con otro tipo de animales silvestres.

En este caso, aparenteme­nte, el biólogo ingresó por su cuenta a la caverna, tocó a estos mamíferos y se infectó.

Los murciélago­s son, por ahora, los únicos transmisor­es de la rabia en humanos detectados en el país.

Si se sufre una mordedura, se debe acudir inmediatam­ente a un centro de salud para que al paciente le apliquen la vacuna antirrábic­a, pues una vez que los síntomas aparecen, ya es poco lo que se puede hacer por la persona. La rabia en humanos tiene una mortalidad cercana al 100%.

La última muerte en el país de una persona por esta causa se registró en el 2014, cuando un niño de 9 años falleció en Palmar Norte, en la zona sur.

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ALBERT MARÍN El paciente ingresó el 21 de octubre al San Juan de Dios.
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