Un Herediano alicaído va contra un fuerte Motagua
▶ ‘Team’ suma cuatro partidos sin ganar; catrachos tienen siete sin perder
Ese señor es un seguidor de Alajuelense. Lo sé por los colores y la insignia de la gorra de tela con la que cada día protege del sol y la lluvia su pelo canoso y las arrugas que surcan su rostro de hombre bueno.
Vende bolsas de plátanos, papas y chicharrones tostados, además de gelatinas, en un rincón de la acera de la parada de buses San José-Florida de Tibás. Allí lo veo cada mañana, siempre al pie del cañón, luchando por el sustento diario a escasos 75 metros de la sede de “ANDE en defensa de la educación costarricense” (las paredes, al igual que el papel, aguantan lo que les pongan).
No sé cómo se llama, pues nunca he conversado con él. Sí lo he saludado, con el respeto y admiración que se merece una persona entrada en años que se gana la vida de manera honesta y con gran esfuerzo —pues no tiene la fortuna de formar parte de la clase media que gana salarios mensuales superiores a los ¢8 millones—, pero hasta ahora no hemos intercambiado palabras; espero hacerlo pronto.
Como buen vendedor, no cesa de pregonar sus productos en una zona de la capital en donde la competencia entre vendedores ambulantes es ardua… bananos, tomates, aguacates, jocotes tronadores, limones, llaveros, focos, pegatinas, libros para colorear, rosarios, desodorantes para carros, chances, lotería, estuches y cargadores para teléfonos celulares, anteojos para sol, sombrillas y paraguas, bolsos de Hello Kitty…
A pesar de que tiene que pulsearla como un Llanero Solitario (sin un patrono que lo asegure para que algún día pueda gozar de una pensión de lujo, le pague un sueldo con pluses que crecen de manera automática cada año y le dé aguinaldo) nunca lo he escuchado practicando el deporte oral favorito de muchos costarricenses: la quejadera y la búsqueda de chivos expiatorios en quienes descargar todas las culpas.
Cada vez que he visto a este señor esta semana me he preguntado si él tendrá tiempo para preocuparse y desvelarse, como lo hemos hecho muchos aficionados y fanáticos desde el domingo pasado, si los goles de Saprissa en el clásico nacional fueron válidos o no, si se hizo justicia con los dos jugadores que intercambiaron patadas, de quién fue la culpa de la bronca tras finalizar el partido, y si Hugo Cruz aquí y allá.
No se lo he preguntado, pero al menos yo no lo he escuchado vociferando sobre este tema de vital importancia nacional, mucho más relevante que el problema del déficit fiscal. Supongo que tiene asuntos más serios que atender.
■ Dos realidades muy diferentes viven el Herediano y el Motagua, finalistas de la Liga Concacaf, cuyo partido de ida será este jueves a las 8 p. m., en el Estadio Eladio Rosabal Cordero.
El Team, que busca llevar el primer título internacional a sus vitrinas, llega al decisivo compromiso lleno de dudas y malos resultados.
Mientras que los hondureños son punteros en su campeonato y alabados en su país por el buen momento deportivo que atraviesan, según lo dictan las estadísticas.
Los catrachos suman 28 puntos, los mismos que tiene el Real España, luego de 15 jornadas.
Además, llevan siete partidos sin perder, acumulando cuatro victorias y tres empates. El último revés del Ciclón Azul fue el pasado 20 de setiembre, cuando cayeron como visitantes 2-1 ante el Tauro de Panamá, en las semifinales de la Liga Concacaf.
El Team, por el contrario, vive un momento tormentoso, con cuatro derrotas al hilo y la destitución del técnico Paulo César Wanchope.
Los florenses salieron de la zona de la clasificación en la última jornada con la derrota ante Pérez Zeledón y se estancaron en la sexta casilla, también con 28 unidades.
Actualmente, en Honduras se elogia el buen momento de Motagua y el trabajo del técnico argentino Diego Vásquez, que cuenta con un grupo de jugadores consolidados.
En el cuadro rojiamarillo, las dudas han empezado a carcomer el entorno del plantel, que tendrá nuevamente a Jafet Soto como el técnico emergente.
El bajo nivel mostrado por algunas de sus principales figuras, el irregular desempeño de sus extranjeros y la poca eficacia en la ofensiva han sembrado de dudas el rendimiento del grupo en general.
Pese a la zozobra que atraviesan los rojiamarillos y el gran momento deportivo que pasa su escuadra, el delantero catracho, Rubilio Castillo, espera un compromiso complicado en su visita al Rosabal Cordero.
“Esperamos un ambiente hostil, a pesar de lo que pasa el Herediano. No dejan de ser un equipo grande de su país y de mucho respeto, pero nosotros iremos a proponer, a salir con una ventaja”, dijo Castillo a diario Diez de Honduras.
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–Es muy bueno que estén pendientes de atender bien a la gente que conocen, pero deberían también ver para adentro y ver a sus jugadores y no vaya a ser que otro equipo les firme jugadores que no tienen contrato.
-2- ¿Tiene real interés Herediano en algún jugador?
–No sé. Solo puedo decir que deberían ver para adentro y no sea que otro equipo les firme un jugador.
-3- ¿Cómo asume Jafet Soto volver al banquillo?
–Con mucha felicidad, alegría y responsabilidad. Sabemos lo que significa esta final para nuestra institución ante el Motagua.
-4- ¿Qué le dice a la afición en las horas bajas?
–Le tengo que pedir un favor: que llenen el estadio. Es un buen momento para unirnos.