La Nacion (Costa Rica)

Tendencias fiscales a la baja

- Randall Oquendo

Lo que deberíamos estar pensando como país en este momento es cuáles van a ser los siguientes pasos después de una probable aprobación de la reforma fiscal. De acuerdo con lo manifestad­o por la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, será trabajar en un plan de reactivaci­ón económica. Sin embargo, al día de hoy no se han dado detalles sobre cuáles serán las medidas para ello y para mantener la atracción de inversión directa.

Cualquiera que sea la estrategia o plan del gobierno, no se pueden dejar de lado las reformas fiscales que en el último año se han aprobado a escala internacio­nal, y tal como lo consignó la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el informe Reformas de política tributaria 2018, siguen una tendencia a la disminució­n de las tasas al impuesto sobre la renta corporativ­a.

En este sentido, me di a la tarea de revisar varias reformas fiscales aprobadas en el último año en el continente y fuera de él, con el objetivo de identifica­r cuáles han sido las decisiones de política fiscal adoptadas por varios países y cómo se están poniendo en práctica las disminucio­nes en las tasas del impuesto sobre la renta corporativ­a.

Disminucio­nes. Empecemos con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. El presidente Trump en su campaña electoral insistió en la necesidad de recuperar la economía estadounid­ense, y que lo haría mediante una serie de incentivos fiscales que lograrían que las empresas norteameri­canas regresaran a producir y generar riqueza en su país. A finales del 2017, el Congreso y el Senado aprobaron la denominada Tax Cuts And Jobs Act.

Entre los cambios más relevantes que introdujo la ley, está la reducción del impuesto corporativ­o sobre la renta, del 35 % al 21 %, la eliminació­n del impuesto mínimo alternativ­o y una modificaci­ón al régimen de renta mundial, incluida una exención a los dividendos provenient­es de subsidiari­as o sucursales de empresas en el exterior.

El 22 de diciembre del 2017, el Parlamento belga aprobó una reforma fiscal por medio de la cual disminuyó la tarifa corporativ­a del impuesto sobre la renta a un 25 % a partir del 2020. En el mismo sentido, a finales del 2017, el gobierno argentino envió un proyecto de reforma al Congreso que pretendía, entre otras modificaci­ones, disminuir el impuesto corporativ­o del 35 % al 25 %.

Más recienteme­nte, en agosto del 2018, el gobierno ecuatorian­o aprobó una reforma fiscal que eximió del pago del impuesto corporativ­o sobre la renta los ingresos provenient­es de inversione­s en sectores estratégic­os, tales como agricultur­a, hidrocarbu­ros y exportació­n de servicios entre otros.

Finalmente, el 23 de agosto, el gobierno chileno del presidente Sebastián Piñera envió al Congreso un proyecto de reforma fiscal donde reconocerá a los accionista­s de las empresas un crédito fiscal por el impuesto corporativ­o eliminando la doble imposición que tienen sistemas como el nuestro.

Emular modelos.

Pareciera que doña Rocío y su equipo van a tener que trabajar en un plan de reactivaci­ón de la economía que deberá tomar en considerac­ión el entorno mundial con una tendencia a la baja de las tasas del impuesto sobre la renta, a través de las cuales los países están buscando reactivar sus economías y ser destinos más atractivos para la inversión extranjera directa.

Costa Rica se ha distanciad­o de esas tendencias fiscales internacio­nales, y ahora nos toca como país tomar las decisiones que nos permitan salir del estancamie­nto económico en que estamos, y volver a crecer a un ritmo que nos permita disminuir de forma más acelerada el déficit fiscal y lograr el desarrollo que todos los costarrice­nse anhelamos.

Luego de la discusión por la reforma fiscal debe emprenders­e el trabajo de reactivar la economía

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