Acciones requieren articulación entre vecinos y municipios
Los centros cívicos sin paredes, es una de las alternativas que baraja el Ministerio de Justicia para prevenir la violencia en los barrios, pues le permite a las autoridades llegar a zonas vulnerables.
Ese programa inició hace tres años y en cada uno, al menos hay dos personas a cargo del funcionamiento, más otra serie de colaboradores.
Este año se abrió uno en Moravia y Tibás, en San José; El Guarco, en Cartago; en Alajuela; y en San Rafael, en Heredia. Y el Gobierno espera implementar 18 más en todo el país, entre el 2018 y el 2022.
En ellos se enseña sobre prevención de la violencia, la forma de identificar la problemática local y cómo recuperar espacios como plazas y parques. También les instruyen sobre cómo llevarse bien con los vecinos y cómo articular acciones con el municipio.
“Que las personas se reconozcan, se asocien, que aumente la vida de barrio, la vecindad, a mí me parece fundamental, porque la organización mejora la capacidad para prevenir la violencia”, declaró Julio Solís, director General de Digepaz.
Agregó que las actividades deportivas y culturales son uno de los ganchos para atraer a jóvenes y adultos e invitarlos a las aulas donde se les invita a danza, teatro, pintura, alfarería y otros, al tiempo que se les brindan charlas específicas.
Se les da seguimiento y cursos como mediación entre jóvenes, convivencia ciudadana, prevención de violencia. La idea es articular actores públicos y privados con los vecinos para lograr mayor impacto.
Para construir nuevos centros cívicos de paz se gestiona otra ayuda con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Jairo Vargas, viceministro de Paz, afirmó ante los diputados, que en la actualidad se piensa pasar de acciones institucionales aisladas a una sola agenda en materia preventiva, de la cual son rectores.
“Tal vez la gente a nivel de opinión ciudadana no ve mucho trabajo en materia de prevención; sin embargo, cada institución y cada organismo lo han desarrollado por muchos años de forma desarticulada y repetida en campos de mujer, drogas, niños, primaria infancia, juventudes y adultos mayores, pero ahora vamos a una sola ruta”.
Esa agenda nacional contempla los diferentes grupos etéreos y poblaciones como las que no están en condiciones de vulnerabilidad, pero deben conocer los mecanismos para protegerse.
Otra acción preventiva, implementada el jueves 18 de octubre, fue la herramienta “Cole sin Bullying” mediante la cual todos los centros educativos del país disponen de guías para prevenir el acoso y matonismo que pueden afrontar los estudiantes en las aulas.
De acuerdo con el Ministerio de Educación Pública (MEP), el 53% de los centros educativos han tenido casos de bullying y un 71% de los estudiantes han visto acosos en su centro de estudio. Lo anterior, con una muestra de 1.045 centros y 6.083 estudiantes, durante el primer semestre del 2018.
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