Ejército al garete
por la reacción clamorosa del expresidente Luis Alberto Monge, nadie dijo nada. Con el correr del tiempo, la Sala Constitucional se salió de cauce, hasta culminar con el gobierno judicial al que alude el editorial de marras. Una “república” dentro de la República.
Primero judicializaron la política, después judicializaron la salud. Hoy, por defender los privilegios de su régimen laboral, un magistrado no queda detrás de un muellero de Japdeva y, con salarios de ¢8 millones y pensiones de ¢10 millones, se atreven a calificarse de clase media.
El gobierno lucha por la reforma fiscal para evitar que el Estado caiga en el barranco de la insolvencia; cuenta con el apoyo de los partidos políticos responsables en la Asamblea Legislativa, pero no basta ante el embate de quienes tienen la sartén por el mango. Somos 2,3 Los sindicatos de los maestros dicen que la pérdida de clases es un daño colateral. No es cierto. Es un daño mayor que les hacen a nuestros niños y jóvenes. La huelga fue un completo fracaso y lo que pase al plan fiscal no será por su ausencia en el trabajo, así que, si son tan amables, vuelvan al trabajo y cumplan con lo que les corresponde para el progreso del país. Nos enorgullecemos de que el ejército de Costa Rica son los estudiantes y los dejaron al garete.