El mensaje se devuelve
Epsy Campbell ha sido dura con lo que ella ha llamado, despectivamente, la clase política tradicional. Sin embargo, parte del mensaje que pregonaba como precandidata presidencial, o como diputada, hoy se le viene encima.
En tan solo seis meses de gobierno, la vicepresidenta y canciller acumula dos investigaciones: una del Ministerio Público por supuestos nombramientos irregulares en el Ministerio de Relaciones Exteriores y otra de la Procuraduría de la Ética Pública por contratar a su “ahijada” como asesora de despacho, tal y como ella lo admitió ante una comisión de diputados.
Es extraño que Campbell se permitiera estas investigaciones cuando ha sido férrea crítica de nombramientos que se presten para dudas.
Por ejemplo, siendo precandidata presidencial del PAC, lanzó su campaña con el eslogan “¿Vamos o no vamos a sacar a Liberación?”.
El 14 de febrero del 2013, fue elocuente en el programa Pelando el ojo, cuando aludía a la entonces presidenta Laura Chinchilla. “Doña Laura, yo no creo que el problema suyo es que es mujer, sino que el problema es que es liberacionista, que gobierna como gobiernan los liberacionistas, con ministros liberacionistas, con una forma de hacer las cosas liberacionistas, beneficiando a los mismos grupos, permitiendo que los ministros hagan recomendaciones para que contraten amigos. Esa es la forma en que hay que acabar”.
Si algo era deseable que acabara en un gobierno del PAC eran las piñatas de nombramientos de embajadores a los que nos mal acostumbraron gobiernos de partidos “tradicionales”, pero en el mandato de Campbell, cero cambio. Con su aval, el Consejo de Gobierno repartió, entre exministros y gente del partido, una decena de embajadas, pese a que la consigna de Campbell, cuando tuviera poder, era “cambiar la forma” en que otros han gobernado.
La cereza en el pastel la puso al designar a su “ahijada” y madrina de su nieto (así lo admitió) como asesora de despacho. La joven podrá tener todos los atestados, pero Campbell ha cuestionado que los ministros contraten amigos.
De toda crisis, hay que obtener una lección y de esta solo queda que la canciller mida, en adelante, cada paso.
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