La desafortunada huelga de los educadores
La huelga que desde hace poco más de 50 días sostienen los educadores deja al descubierto muchas falsedades utilizadas para movilizar a las masas y, además, las formas equivocadas con que los manifestantes han pretendido posicionar su rechazo a la reforma fiscal con que se pretende estabilizar las frágiles finanzas públicas para evitar caer en una situación económica complicada.
El juez que declaró ilegal la huelga encontró las justificaciones para ello en las burdas y reprochables acciones que calificó como “violentas”, las cuales deberían generar sonrojo a los educadores que participaron en los cierres ilegales de vías para impedir, al ritmo de aeróbicos y reggaetón, el paso de trabajadores y personas con la necesidad de llegar a sus destinos.
Durante la primera semana del movimiento, con una muestra increíble de desprecio, desfachatez y despreocupación por el desarrollo del país, en la página de una de esas organizaciones se celebró la pérdida de millones de colones al bloquear el desembarco en los muelles del Atlántico.
Estas son únicamente dos acciones de muchas otras que, tristemente, han sido utilizadas y apoyadas por los diferentes sindicatos que se sumaron al paro.
Quedará en la historia y, sin duda, en la memoria de nuestra sociedad como una de las mayores bofetadas de un gremio al cual se le ha dado la responsabilidad de formar a los niños y jóvenes, más que en contenidos, en valores.
¿Qué cara van a poner frente a sus estudiantes cuando aborden la materia sobre los derechos? ¿Cómo van a explicar la frase “mis derechos terminan donde empiezan los de los demás”, después de haber bloqueado arbitrariamente las calles para impedir el libre tránsito de las personas que iban a sus trabajos o a sus citas médicas? ¿Qué van a hacer algunos docentes que en sus grupos de Facebook insultaron a diestro y siniestro a quienes nunca apoyamos ese movimiento y estamos a favor de la reforma fiscal convencidos de que es lo mejor para el país? ¿Cómo van a pretender promover entre sus estudiantes los valores de respeto a la democracia y a sus instituciones cuando han demostrado desconocer cómo funciona nuestro aparato estatal y que es el Poder Legislativo donde se discuten las posiciones y se toman las decisiones que llegan a ser leyes de un país que goza de democracia?
Agradecimientos. A sus dirigentes sindicales es a quienes deben “agradecer”, en última instancia, todos sus errores en las formas de asumir sus posiciones y también por la imagen dañada con que quedan frente a la opinión pública. Después deben agradecerse a ustedes mismos por seguir ciegamente esas formas superadas de hacer protesta.
A los dirigentes den gracias, también, por tener un calendario escolar extendido hasta la mitad de diciembre, pudiendo llegar hasta el 30 de noviembre, debido a los días laborables en que llevan a cabo sus asambleas regionales y nacionales que, perfectamente, podrían celebrar los fines de semana, si es que tanto les interesa su afiliación sindical. Eso es algo que el MEP debe revisar seriamente.
A los docentes en huelga se les olvidó totalmente su investidura. Una cosa es el derecho a una huelga y otra muy diferente una protesta que, en sus formas, ha mancillado la imagen del profesional en educación a los ojos de la gran mayoría de nuestra sociedad. Quizás esto último fue, por desdicha, lo único que lograron.
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Lo único logrado por el movimiento fue mancillar la imagen del profesional en educación