13 muertos en un tiroteo causado por exsoldado en EUA
→→utoridades descartan, por ahora, posibles nexos con terrorismo así como cómplices →El responsable tenía 28 años y se habría disparado él mismo en la escena
THOUSAND OAKS, CALIFORNIA. AFP. - Un exsoldado de 28 años y armado con una pistola mató a 12 personas al abrir fuego la noche del miércoles en un bar abarrotado de estudiantes cerca de Los Ángeles, en el segundo tiroteo en Estados Unidos en menos de dos semanas.
El hombre, quien se habría suicidado, llegó a las 11:30 p. m. (10:30 p. m. hora de Costa Rica) al Borderline Bar and Grill, donde se realizaba la “noche estudiantil”, declaró el capitán Garo Kuredjian, de la oficina del alguacil del condado de Ventura, en California.
“Sería prematuro especular sobre las motivaciones” del autor, dijo este jueves a la prensa el funcionario de la Policía Federal (FBI), Paul Delacourt, al indicar que no tienen indicios de que haya cómplices.
Delacourt informó de que las pruebas recopiladas en la casa del sospechoso y en el bar todavía no se han analizado.
Inestable. El alguacil Geoff Dean describió “una escena horrible” con “sangre por todos lados” y precisó que entre las víctimas figuran 11 personas dentro del bar y el policía Ron Helus, quien intervino en la escena.
Dean identificó al atacante como Ian David Long, un exmarine conocido por la Policía, quien fue hallado muerto en el lugar del ataque. “Creemos que se disparó”, apuntó el alguacil.
Long estaba armado con una pistola Glock comprada legalmente, y equipada con un cargador más grande que el usual de diez balas.
El jefe policial explicó que las autoridades habían tenido “contacto con Long (...) por eventos menores”. Incluso, en abril fue atendido por expertos en psicología de la Policía por comportarse de “manera irracional”, agregó.
Disparos por doquier, En el lugar de la balacera, Jason Coffman esperaba noticias de su hijo Cody, de 22 años.
“La última vez que lo vi me dijo adiós y se fue al Borderline”, contó. Unos minutos más tarde, recibió una llamada telefónica y se hundió en lágrimas.
El ataque también dejó un número indeterminado de heridos, que fueron admitidos en varios hospitales de la zona.
Según el diario Los Angeles Times, 18 personas recibían cuidados médicos tras resultar con lesiones al escapar en medio del tiroteo, pero no se trataba de heridas de bala en esos casos.
Varios testigos que estaban en el Borderline describieron a un hombre completamente vestido de negro, con lentes, barbudo o con el rostro tapado por una bufanda negra y con una pistola de grueso calibre.
“Sacó un arma y comenzó a disparar”, declaró Holden Harrah, de 20 años, quien se arrastró por el suelo para escapar.
El Borderline Bar and Grill organiza noches estudiantiles cada miércoles, abiertas a jóvenes mayores de 18 años, aunque la edad legal en Estados Unidos, para beber, es de 21 años.
Matt Wennerstron, también de 20 años, recordó que el atacante “hizo tantos disparos como pudo” y, “cuando empezó a recargar, sacamos a la gente de ahí y no vimos hacia atrás”.
Otros testigos, la mayoría de ellos estudiantes de varias universidades
cercanas, afirmaron que el sospechoso había lanzado una bomba de humo.
Jasmin Alexander, estaba con 15 amigos en el bar.
“Era un miércoles normal. Estábamos en el bar, divirtiéndonos, bailando (...). De pronto, escuchamos el bang, bang de los disparos y se volvió una locura (...). Pensamos que era una broma, no lo tomamos en serio al principio porque sonaba como petardos”, manifestó.
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