Educadores sin vocación
Un día de estos, revisando las fotos para un artículo, vi a mi escuela convertida en un desolado edificio debido a la huelga de educadores.
De inmediato, rememoré mis correrías infantiles por las aulas, los pasillos y el enorme patio de la escuela Miguel Obregón Lizano, en Tibás.
Recordé a la niña Aitza, una maestra de cepa, de fuerte carácter, pero con un corazón tan grande como su infinito carisma para formar.
Camadas de tibaseños aprendimos con ella español, matemáticas y geografía. Pero también recibimos inolvidables lecciones sobre valores y principios.
¡Ay de quien se jalara una torta! La niña Aitza tenía un pulso infalible con el borrador, pero siempre tuvo un abrazo y una sonrisa para premiar el esfuerzo.
Ella nunca nos dejó botados ni nos negó el derecho a la enseñanza.
Por eso, al ver ahora los salones casi vacíos de mi escuela y los de muchos otros centros educativos del país, me invade un profundo pesar.
Los acontecimientos de los últimos dos meses han desnudado el agudo deterioro y desgaste que carcomen al cuerpo docente del país.
Cuando se apaga la vocación no causa sonrojo mantener aulas y comedores escolares cerrados, ni dejar calificaciones incompletas.
Cuando se apaga la vocación no conmueve ver a los estudiantes de quinto año encarar las pruebas de bachillerato sin suficiente preparación.
Cuando se apaga la vocación no aflige la zozobra de miles de alumnos, y de sus familias, que a estas alturas no saben si van a pasar el año.
Cuando se apaga la vocación se considera válido quedarse viendo tele en la casa, hacer mandados o salir de paseo con todo pagado.
Afortunadamente, todavía muchos docentes tienen claro el importante papel que desempeñan en la sociedad.
Compartan el espíritu de la lucha gremial o no, ellos entienden que su trinchera es el aula y sus alumnos no deben pagar los platos rotos.
En las contadas ocasiones en que me encuentro con la niña Aitza, corro a su encuentro para darle un saludo cargado de respeto.
¿Qué pensarán hoy los estudiantes sobre los educadores que se olvidaron de ellos en esta huelga?