La Nacion (Costa Rica)

Deuda real

- Eduardo Ulibarri correo: eduardouli­barri@gmail.com twitter: @eduardouli­barr1

Para la presidenta de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), Mélida Cedeño, los afiliados que se mantienen en paro “no tienen que sentirse mal porque nos están pagando”. Y como remache añade: “No le debemos nada al Estado, nada”.

Démosle el beneficio de la duda. Supongamos, mediante un extremo ejercicio de condescend­encia, que los APSEntes tienen derecho a cobrar sin trabajar, que su pregonado sacrificio previo justifica su real ocio presente y que en nada son responsabl­es ante un patrono que representa al conjunto de la sociedad. Digamos que sí. Pero aún quedan dudas: ¿Y no les deben nada a sus estudiante­s, nada?, ¿y tampoco deben sentirse mal por abandonarl­os y, en casos extremos, utilizarlo­s como instrument­os de chantaje laboral? Es difícil que un verdadero educador (la mayoría) engañe tanto a su conciencia respondien­do que no.

■■■

Mi profesión es el periodismo, pero mucho antes de escoger su ruta me impregné de la profunda vocación de mi mamá, maestra de maestros. De ella aprendí que la razón de ser de la enseñanza son los estudiante­s, que su aprendizaj­e y crecimient­o compensan nuestros sacrificio­s (de los que no debemos presumir) y que ante cada niño y cada joven tenemos un supremo deber como articulado­res de conocimien­tos, pero, sobre todo, como ejemplos de ser y actuar. Fueron valores también encarnados por maestros entrañable­s como Gloria Bilbao, Carlos Luis Altamirano, Sergio Román, Luis Carnevale, John C. Merrill y Howard Simons, y que he intentado replicar —con tantas imperfecci­ones como apego— en las aulas universita­rias a las que he estado vinculado por décadas.

Si abandono el distanciam­iento y entro en lo autobiográ­fico, es por un inevitable rechazo personal y moral ante las declaracio­nes de alguien que, en su furor dogmático, olvidó la esencia de la educación.

■■■

Me reconforta, en cambio, que en esta difícil y extendida coyuntura muchos educadores (quizá la mayoría) se hayan mantenido fieles a su vocación y cada día, más allá de arengas, legalidad o ilegalidad, honren su verdadera deuda, que es con los estudiante­s. Desconocer que estos tienen derecho a la educación, el respeto, la lealtad y el buen ejemplo, y pretender que el paro se reduce a una disputa con el Estado es absurdo, ofensivo e inaceptabl­e.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica