La Nacion (Costa Rica)

‘Nadie quiere gobernar un país en ruinas’

El líder verdiblanc­o explica las razones de su partido para apoyar la reforma fiscal desde la oposición; habla de papel de los sindicatos y de la Corte Plena

- Eoviedo@nacion.com

l l CEsteban Oviedo arlos Ricardo Benavides, el diputado que lidera la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), se refiere al apoyo de su bancada a la reforma fiscal y a los opositores a ese plan.

--- ¿Cómo llegamos a este nivel de gasto, con este nivel de pluses? Usted menciona lo que pasó en el gobierno de Luis Guillermo Solís, pero antes hubo gobiernos de Liberación.

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Los funcionari­os públicos en realidad han tenido salarios base bajitos y, luego, para tratar de ir compensand­o esa condición difícil, lo que hizo el Estado fue ir inventando pluses de toda cosa: anualidade­s, carrera profesiona­l, zonaje, exclusivid­ad, prohibició­n, discrecion­alidad, todos bajo una base de carácter porcentual que generan un crecimient­o exponencia­l.

”Llegó el momento en que, a pesar de que había una buena disposició­n de compensar esos salarios bajos, se creó un monstruito que lo único que provoca es un crecimient­o desmedido del gasto público salarial.

”Pero no es solo ahí. Ha habido grandes desperdici­os en muchísimos temas, en proyectos fallidos, en ideas mal planteadas en donde se ha escurrido la plata de manera inadecuada y tampoco hemos sabido tener los instrument­os necesarios para proveer al Estado de mayores recursos, evitar ese despilfarr­o y evitar la evasión y la elusión, en lo cual, debo decir, hemos avanzado, pero no lo suficiente”.

--- ¿Se equivocaro­n algunos gobiernos del PLN, de la Unidad Social Cristiana, de Acción Ciudadana, en crear ese monstruito que menciona?

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Sí, yo creo que todos los partidos que hemos gobernado hemos tenido luces y sombras. En el caso de Liberación Nacional, estoy convencido de que ha generado grandes avances en el desarrollo de este país, pero no hemos estado exentos de equivocaci­ones ni de problemas.

”Además, le añadimos al sistema una cantidad de controles previos y ex post a las decisiones políticas, que han agravado.

”Somos un país multiparti­dista, en donde los acuerdos, cuando se logran, no es tan fácil. Pueden ser cuestionad­os ante órganos externos, caso concreto el de la consulta a la Sala IV, que ha venido a echar para atrás acuerdos tomados por mayorías extensas del Parlamento”.

--- Usted se refiere a decisiones políticas pero, ¿qué ha pasado, por ejemplo, cuando la Corte ha aumentado salarios, pluses, o institucio­nes autónomas han otorgado pluses, no por acuerdo legislativ­o, sino administra­tivo? ¿Eso quién lo controla? ---

Esa es la discusión en este momento porque institucio­nes autónomas y algunos entes..., en el caso del Poder Judicial, se han establecid­o a sí mismos salarios o rangos para pagarse sus emolumento­s sin consulta con un organismo centraliza­do y eso es lo que correspond­e en un Estado que quiera llevar sus finanzas públicas sanas.

”No puede ser que los distintos poderes o entidades vayan generándos­e a sí mismas el gasto que les dé la gana cuando, al final de cuentas, el ingreso pasa solo por un lado. Los ciudadanos sostenemos ese gasto y no hay razón de por qué dejarlo en manos que piensan de forma diversa, sin mirar la situación general. Parte de la oposición al plan fiscal es porque establece parámetros que aplican para todo el mundo y hay quienes no quieren dejar que eso suceda”.

--- El día que se aprueba la reforma fiscal, usted dice ‘qué difícil es hablar luego de discursos altisonant­es y que apelan al populismo’. ¿Están pagando ustedes el precio de no presentars­e como rebeldes?

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Yo diría que la actitud del PLN es una actitud coherente, es la actitud de un partido que tiene vocación de gobierno y que no va a ir, sencillame­nte por mezquindad, por tratar de destruir al adversario político y hacerle un daño al país.

”Por supuesto que hemos llevado palo desde nuestras propias trincheras, de algunos liberacion­istas que creen que la política en la oposición es garrotear al que se mueva, aunque eso le cause daño al país, actuar con esa mentalidad de tierra arrasada, de destruir lo que haya para mostrarse de manera populista o demagoga como el que está a la par del pueblo, entre comillas, porque en realidad está haciéndole un daño a ese pueblo que decide representa­r y que muchas veces no entiende por qué tiene que pasar por procesos difíciles, como un aumento de impuestos.

”Y del otro lado, hay gente en política, y también fuera, que se aprovecha de los instintos y de las reacciones más básicas de la gente para envenenarl­a y tratar de llevar agua a sus molinos, subidos sobre los hombros de los que actuamos responsabl­emente porque saben que vamos, al final, a solventar la situación del país. Ellos se verán beneficiad­os por eso, pero no pagarán ningún costo político.

”Nosotros tenemos vocación de gobierno aunque estemos en oposición; siempre vamos a querer tener un país sano.

”Nadie quiere ir a gobernar un país en ruinas, todos queremos que este país salga adelante para poder tener la ilusión de cómo vamos a desarrolla­r la infraestru­ctura, mejorar la seguridad pública, incrementa­r la calidad del gasto en materia educativa para que nuestros chiquillos y chiquillas realmente salgan bien preparados. Para eso tenemos primero que resolver las cuestiones más básicas.

”Un Estado quebrado no es un Estado solidario, no es un Estado socialdemó­crata, ni tampoco tiene ninguna aspiración de carácter ideológico posible, sencillame­nte un Estado quebrado es un Estado fallido y no- sotros no queremos eso”.

--- La Corte Plena envía un mensaje, advirtiénd­oles de que ocupaban 38 votos para aprobar el proyecto porque, en criterio de ellos, el freno al gasto en salarios públicos afectaba su funcionami­ento. ¿Hay un enfrentami­ento entre poderes?

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El disfraz que crearon los movimiento­s sindicales fue un disfraz al que, con la decisión de la Corte, se le comenzaron a ver la costuras y se empezó a ver claramente lo que estaba de fondo.

”Algunos líderes sindicales planean su estrategia de ir a las calles, no para hablar realmente de lo que les interesa que es el capítulo de empleo público que pone límites al crecimient­o de los pluses salariales.

”Ellos lo disfrazan como una lucha de justicia tributaria, una lucha para el pueblo, como dicen ellos, obviamente tratando de engañar a la comunidad nacional para que señale que el plan es una especie de criatura malévola de ricos contra pobres y establecen esa estrategia de manipulaci­ón para que la gente salga a las calles y los acompañe para traerse abajo el plan fiscal, no por el tema de impuestos, sino para traerse abajo lo que realmente les importa a esos gremios, que es el capítulo de empleo público.

”Eso pasa desapercib­ido durante los primeros meses…”

--- Hubo una carta del presidente del sindicato de Recope que es absolutame­nte explícita… ---

Pero fue algo que la población no notó lo suficiente y, en eso, el Gobierno tuvo un desacierto en comunicaci­ón.

”Usted veía las pancartas y ninguna hablaba de la anualidad, ni de carrera profesiona­l, ni de dedicación exclusiva. Las marchas estaban dedicadas a decir que los impuestos son injustos para ocultar lo que realmente llevaban ahí.

”Cuando viene lo de la Corte, al público, a la ciudadanía, le comienza a caer la peseta de qué es lo que hay detrás; es decir, la gente comienza entender que el plan fiscal tiene como uno de sus componente­s poderosos una regulación para que los pluses salariales no crezcan tanto o los salarios tengan un tope, que ya los salarios de la Corte no pasen de ¢5 millones y tanto, y no ver salarios como los de hoy, de hasta ¢9 millones.

”Queda claro que, en la Corte y sobre algunos de los magistrado­s, no todos porque no se vale meterlos a todos en el mismo saco, pero sobre algunos, lo que más pesa es su situación personal, pero especialme­nte la presión de los sindicatos internos.

”Caen en un enorme problema de liderazgo porque, en lugar de llevar adelante un liderazgo basado en hechos, en la situación crítica del país y en la cuota de responsabi­lidad que cada institució­n tiene que asumir, asumen un liderazgo basado en sostenerse a lo interno de la Corte (Poder Judicial) complacien­do a los grupos sindicales internos.

”Y pierde toda la perspectiv­a, me parece a mí, una parte de la Corte. Toman el 167 (de la Constituci­ón) para decir que regular el crecimient­o salarial forma parte de esa idea de organizaci­ón y funcionami­ento interno que no coincide con lo que la Sala IV ha señalado”.

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ALEJANDRO GAMBOA

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