El dilema de Navas
Desde la tribuna
LPERIODISTA a verdad de las cosas es muy simple: Florentino Pérez no quiere, nunca ha querido, jamás querrá a Navas. Si nuestro portero ha logrado mantenerse en el Real Madrid se debe únicamente a la excelencia innegable de su desempeño bajo los tres palos, y al apoyo que le prodigó Zidane. De no ser por estos factores, Florentino Pérez se habría deshecho de él hace mucho tiempo (desde el ya legendario fax a David de Gea). Es imposible determinar cuáles son las razones para esta tirria irracional, obcecada y absurda, de parte de Pérez. Podríamos pensar que nuestro burócrata glorificado quiere tener a toda costa el que fue votado mejor portero del último mundial en las filas merengue. Pero su animadversión contra Navas precede la consagración de Courtois Rusia 2018.
Ignoro —y tampoco me interesa elucidarlas— las razones de la malquerencia de Pérez contra Keylor Navas. Por lo que a mí concierne, podría ser que esté secretamente enamorado de nuestro portero, y en su afán de reprimir tal sentimiento y ocultar sus íntimas pulsiones haya decidido refundirlo en la banca. Me tiene sin cuidado el motivo de su inquina y de su repudio hacia un deportista que se ha literalmente desangrado en el terreno de juego, con disciplina ejemplar, para defender a su equipo.
La batalla de Keylor por conservar su puesto ha sido realmente épica. Una demostración de fuerza de voluntad y determinación. Pero debemos de comprender que con Pérez estamos en presencia de un hombre ideático, obsesivo, enfermizo. Y con maniáticos de esta estofa no se puede lidiar. No hay absolutamente nada que Keylor pueda hacer —ya lo ha hecho todo— cuando su jefe es un hombre torvo, insincero, oblicuo y proclive a las más oscuras fijaciones. Es algo que no tiene nada que ver con el fútbol o el nivel de Keylor —que ha sido excelso—. Estamos ante un problema que es estrictamente extra-futbolístico. Courtois no ha exhibido nada que Keylor no haya también demostrado —aun más: se ha hecho acreedor a varias goleadas en las que su actuación fue menos que óptima—. ¿Pero Florentinito quiere más a Courtois? Pues que con su pan se lo coma.