La Nacion (Costa Rica)

Transforma­ción en el Hospital de Niños

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La Unidad de Cirugía Cardíaca del Hospital de Niños pasó de una horrenda tasa de mortalidad en el 2014 a estadístic­as alineadas con parámetros internacio­nales.

La Unidad de Cirugía Cardíaca del Hospital Nacional de Niños (HNN), hoy Programa Cardiovasc­ular Pediátrico, pasó de una horrenda tasa de mortalidad en el 2014 a estadístic­as alineadas con los parámetros internacio­nales en la actualidad. Es hora de reconocer méritos a quienes impulsaron la transforma­ción, salvaron vidas y sembraron nuevas esperanzas en padres y niños afectados por males cardíacos, incluidos muchos de la más alta complejida­d.

El reconocimi­ento comienza, necesariam­ente, por los valientes intensivis­tas del hospital, por entero consagrado­s a sus pacientes. A ellos les correspond­ía sacar a los pequeños pacientes de su delicada condición posoperato­ria y a ellos les tocaba, también, la frustració­n de presenciar demasiadas muertes.

Sintieron el imperativo moral de denunciar y lo hicieron sin pensar en los riesgos de represalia­s ni en la reacción de los colegas afectados. Rehusaron callar, movidos por la urgencia de generar el cambio. En ocasiones, filtraron informes a periodista­s de La Nación, confiados en el secreto profesiona­l. En otras se expresaron abiertamen­te.

Ellos y otros funcionari­os del hospital hicieron caso omiso a las exigencias de guardar silencio. Hubo convocator­ias a reuniones celebradas con el fin de frenar las “fugas” de informació­n. Los administra­dores emplearon los razonamien­tos usuales: la ropa sucia se lava en casa, si la informació­n se filtra el prestigio de la institució­n se verá afectado, los padres de los pacientes tendrían nuevos motivos de preocupaci­ón, la sucesión de informacio­nes constituía una “campaña” periodísti­ca con fines inconfesos y los informante­s eran, ni más ni menos, traidores.

Para entonces, el hospital contaba con cuatro informes sobre fallas en el programa de cirugía cardíaca, el primero de ellos fechado en el 2006, y ninguno había surtido efecto. En el 2011, el llamado Grupo de Dallas se mostró alarmado por la mortalidad del 31 % cuando en otros países rondaba el 3 % o 4 %. En enero del 2014, el informe de Heart Trust reveló serios problemas de clima organizaci­onal, cuestionó la habilidad de algunos cirujanos y criticó la falta de rigurosida­d al selecciona­r a los candidatos a una cirugía.

Los intensivis­tas conmoviero­n la conciencia del país y el hospital se vio obligado a abandonar la opacidad y la negación. Surge así, en la lista de actores con mérito en la transforma­ción, un grupo de funcionari­os, médicos y cardiólogo­s incluidos, que decidió tomar la situación en sus manos bajo el liderazgo del director del hospital, Dr. Orlando Urroz. Alguno de ellos recordó a quien se constituir­ía en protagonis­ta clave del cambio: el Dr. Eduardo da Cruz, autoridad mundial en la materia, jefe de cuidados críticos en cardiologí­a del hospital pediátrico de Colorado, adonde llegó luego de acumular prestigio en hospitales de Francia, Escocia, Suiza y Portugal.

El eminente médico es presidente de Cirujanos de la Esperanza (Surgeons of Hope), organizaci­ón dedicada a asistir a profesiona­les y sistemas de salud de países necesitado­s de apoyo. También enseña en la Universida­d de Colorado. No obstante, exhibe con orgullo su título summa cum laude de la Universida­d de Costa Rica y no pasa por alto la oportunida­d de recordar su internado en el Hospital Nacional de Niños.

Da Cruz inmigró a nuestro país desde Portugal cuando su padre fue contratado por una empresa local. No olvida, y lo dice con satisfacci­ón, la deuda contraída con Costa Rica. Cuando le contactaro­n para pedirle ayuda, no tardó en aceptar. Desde entonces, visita periódicam­ente el país y se mantiene en contacto con el equipo médico encargado de desarrolla­r el plan de mejora del nuevo Programa Cardiovasc­ular Pediátrico.

Toca, pues, sumar a la lista de reconocimi­entos a los médicos, muchos de ellos muy jóvenes, empeñados en impulsar la transforma­ción. Con el apoyo de la actual directora del centro médico, Dra. Olga Arguedas, han conseguido un servicio cardíaco del cual el país puede estar orgulloso y siguen empeñados en vencer nuevos retos, como la compleja cirugía ejecutada por primera vez hace pocas semanas, durante la más reciente visita del Dr. Da Cruz y varios colegas de Cirujanos de la Esperanza.

La Unidad de Cirugía Cardíaca del Hospital Nacional de Niños pasó de una horrenda tasa de mortalidad en el 2014 a estadístic­as alineadas con parámetros internacio­nales

El hospital contaba con cuatro informes sobre fallas en el programa de cirugía cardíaca, el primero de ellos fechado en el 2006, y ninguno había surtido efecto

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