Viviendas de zonas alejadas son un imán para ladrones
Autoridades reciben 20 denuncias diarias de robo en casas
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) recibió en los primeros 10 meses de este año 6.340 casos de asaltos y robos en viviendas, eso implica 20 robos al día, en promedio.
Las zonas más golpeadas están en la periferia del país.
Gustavo Rubí, jefe de la Unidad de Robo a Viviendas del OIJ, dice que, según su experiencia como investigador, los ladrones escogen casas que tienen varios puntos por donde les resulta fácil ingresar.
Además, muchas de esas casas rurales están retiradas unas de otras, lo que impide que los vecinos se percaten de las sustracciones.
En dichos poblados tampoco se acostumbra usar alarmas o cámaras de seguridad y, por eso, los rateros y las bandas organizadas se sienten más atraídas a robar, indicó Rubí.
Las estadísticas del OIJ colocan los distritos de Liberia, Guanacaste; San Isidro y Daniel Flores de Pérez Zeledón; Turrialba; Ciudad Quesada de San Carlos; Upala en Alajuela y Pococí, en Limón, encabezando la lista de los 20 más golpeados por los ladrones de viviendas.
Al revisar la nómina de los sitios más afectados, solo los distritos de Alajuela y Pavas se encuentran en la Gran Área Metropolitana (GAM); el resto están en zonas retiradas.
Los datos, sin embargo, muestran una leve baja, al registrar 488 robos menos que en igual periodo del 2017.
El recuento por provincias pone a Alajuela en la cabeza de la lista, seguida por San José y Puntarenas. Por el contrario, Cartago es la que menos robos a viviendas registra.
Un proyecto de ley presentado el lunes pasado y que se denomina Regulación del Comercio de Empeño y Bienes Físicos, pretende golpear los robos y asaltos al prohibir el funcionamiento de las casas de empeño o compra ventas, entre las 9 p. m. y las 6 a. m.
El plan también pretende obligar a los dueños de esos negocios a registrar la identidad de quienes les vendan objetos.
Madre pide justicia. Doña Haydeé Villalba, una educadora pensionada, pasa mañana y tarde en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Juan de Dios, aferrada a un milagro que le devuelva la salud a su hijo, Pablo Ramírez.
Se trata de un ingeniero de 47 años, baleado en el cuello durante un asalto a su vivienda en Desamparados, el 2 de octubre.
La bala que impactó al profesional le tocó la columna y la médula y su condición sigue siendo delicada.
“Ya uno no está seguro ni dentro de la casa. A mi hijo le robaron la computadora, la tableta y dos celulares, así como la billetera, una pantalla de televisión y las llaves del carro y la moto. ¡Qué tristeza da pensar en lo
que espera a la niñez y la juventud!”, lamentó Villalba.
Afirmó que a diario habla con los médicos y está en todas las visitas con su hijo. “Unos días me voy llorando de dolor, otros días lo veo reaccionar a estímulos y me voy contenta”,
agregó la mujer.
Doña Haydeé clama por justicia para su hijo, quien es padre de dos niñas. El paradero de los sospechosos sigue siendo incierto.
“YA UNO NO ESTÁ SEGURO NI DENTRO DE LA CASA. A MI HIJO LE ROBARON LA COMPUTADORA, LA TABLETA Y DOS CELULARES, ASÍ COMO LA BILLETERA, UNA PANTALLA DE TELEVISIÓN Y LAS LLAVES DEL CARRO Y LA MOTO. ¡QUÉ TRISTEZA DA PENSAR EN LO QUE ESPERA A LA NIÑEZ Y LA JU VENT UD!
Haydeé Villalba
Madre de baleado
“MUCHOS JÓVENES QUE SE HA INVOLUCRADO EN ESTE TIPO DE HECHOS SON PERSONAS VIOLENTAS QUE ENCUENTRAN EN ESTA ACTIVIDAD UNA MANERA DE SENTIR PODER. LA MAYORÍA CRECEN ENTRE GENTE QUE TAMBIÉN SE DEDICA A COMETER DELITOS.
Joaquín Sánchez
Jefe de Asaltos del OIJ