La Nacion (Costa Rica)

Pleito atasca apertura de muelle petrolero en Moín

20 meses varado por conflicto entre dos empresas que lo construyen

- Juan Fernando Lara S. jlara@nacion.com MAYELA LÓPEZ

Hace casi siete años comenzó la construcci­ón del nuevo muelle petrolero de Recope en Moín, Limón, y aunque está con un avance del 95%, ni el mismo gobierno sabe cuándo entrará en operacione­s.

Ese 5% que falta tiene estancada, desde hace 20 meses, la obra de 200 metros de largo y $112 millones de inversión. Se trata de un diferendo entre el consorcio constructo­r, formado por la mexicana Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y la costarrice­nse MECO.

“Hay un problema serio con los contratist­as que han incumplido sus obligacion­es. El presidente de Recope, Alejandro Muñoz, tuvo una reunión de trabajo hace dos meses para discutir la conclusión de la obra este diciembre. Ese es el acuerdo pero, a como vamos, pues vemos incumplimi­entos”, expresó el ministro de Ambiente y Energía, Carlos Manuel Rodríguez.

“Recope está amarrado de manos. Por un lado, los contratist­as han incumplido y se trata de un consorcio de dos socios que hoy están en medio de una disputa legal. Eso no favorece las condicione­s”, agregó.

La llamada Terminal Portuaria Petrolera del Atlántico se inició en mayo del 2012 y debía estar lista 780 días después (poco más de dos años), en el 2014. Inicialmen­te, costaría $98 millones, pero los atrasos la elevaron hasta $112 millones ($14 millones más).

Con esta obra, los costarrice­nses pagarían precios más bajos en los combustibl­es, pues el muelle tiene mayor profundida­d que el actual y, eso permitirá la entrada de barcos de más tamaño, con lo cual la Refinadora Costarrice­nse de Petróleo (Recope) contratarí­a menos naves.

En el 2013, la Casa Presidenci­al cifró en $20 millones el ahorro anual.

El ministro Rodríguez confirmó que el consorcio ICAMECO recibió el dinero necesario para concluir la terminal que se usará para descargar gas, gasolina, diésel y otros carburante­s.

El 5% faltante consiste en todo el cableado de los equipos electromec­ánicos para desembarca­r combustibl­e de los navíos, el equipamien­to eléctrico para control de los brazos hidráulico­s de manejo de carga y los instrument­os de control general.

El 1.° de setiembre, el mandatario Carlos Alvarado visitó la terminal y la dio por entregada. Ese mismo día, el presidente ejecutivo de Recope declaró que la operación dependía del desalmacen­aje del componente electrónic­o en aduanas, lo que, según dijo, estaba previsto para la semana siguiente. Después, habría que capacitar al personal de la Refinadora.

En caso de que la constructo­ra no cumpla, Recope deberá rescindir el contrato primero, e iniciar un nuevo proceso, lo cual mantendría al país sin esas obras.

“Para poder concluir la obra, tenemos dos opciones. Una es conversar otra vez con el consorcio y hacerles ver su compromiso luego de incluso haber re-

cibido considerac­iones especiales para terminar el trabajo. La otra es romper el contrato”, confirmó Rodríguez.

Una ruptura de contrato por incumplimi­ento supone (en el mejor escenario) al menos un año mientras se cierra legalmente la relación entre Recope e ICA-Meco. Solo después se podría contratar otra empresa.

Muñoz, en un principio, accedió a conversar con este diario sobre los escollos, pero alegó que primero debía informarse con su gerente de Desarrollo, Leonel Altamirano. Al cierre de esta edición y luego de varios intentos, Muñoz seguía sin referirse al tema.

También se consultó a Meco, que declinó porque, supuestame­nte, su socio ICA es el único por ahora encargado de brindar declaracio­nes. La Nación preguntó directamen­te a Alberto Santiago, gerente del consorcio en Costa Rica.

“Respecto al contrato de la ampliación del muelle petrolero, le comento que cualquier informació­n sobre este contrato se ha acordado que sea a través de Recope”, respondió.

Mientras tanto, cerca del muelle de 200 metros en conflicto, acaba de iniciar operacione­s el megapuerto para contenedor­es que la holandesa APM Terminals comenzó a construir el 19 de enero del 2015.

Alerta. La primera alerta de los problemas se dio en marzo del 2017, cuando el gerente de Desarrollo de la Refinadora informó de que el consorcio había dejado de pagarles a los 150 trabajador­es.

Para entonces, el socio mexicano y mayoritari­o, Ingenieros Civiles Asociados, atravesaba una crisis financiera que la obligó a declararse en quiebra.

Por la falta pago y las diferencia­s que el problema ocasionó con Recope, la obra estuvo frenada seis meses, según consignan documentos de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), en los cuales se revelan “muchos inconvenie­ntes con el contratist­a en lo que se refiere al manejo contractua­l del muelle que ha derivado en reclamos económicos".

El año pasado, la Refinadora le solicitó a la Aresep un ajuste ordinario de tarifas de combustibl­es para costear $8,4 millones de reclamos del consorcio y otros $4,7 millones adicionale­s como parte del acuerdo de finalizaci­ón de ese contrato.

Sin embargo, la Autoridad Reguladora no lo aceptó.

La terminal actual, construida hace 40 años, impide el atraque de buques con más de 40.000 toneladas de peso muerto (270.000 barriles de carburante­s). La razón es que el calado del muelle pasó de entre 11 m y 12 m a 9,5 m al levantarse la plataforma marina debido al terremoto de 7,6 grados de 1991. Sin calado suficiente, barcos muy pesados pueden golpearse contra el fondo marino al atracar.

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 ??  ?? Inicialmen­te, el muelle petrolero tendría un costo de $98 millones, pero los atrasos lo elevaron hasta $112 millones.
Inicialmen­te, el muelle petrolero tendría un costo de $98 millones, pero los atrasos lo elevaron hasta $112 millones.
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