Gerardita, la última víctima de feminicidio
→ Gerardita Agüero recibió 11 balazos y la menor, uno en la cabeza; agresor intentó atacar al nuevo compañero de la mujer, pero este huyó
Gerardo Ulises Solís Agüero, el mayor de los cuatro hijos de Gerardita Marlin Agüero Fallas, quien fue asesinada este martes por su expareja junto a su hija de 13 años, describió al sospechoso del doble homicidio como “un hombre obsesivo, cavernícola, que siempre andaba armado”.
Solís, de 31 años, lamentó que, pese a las medidas de protección que su madre había solicitado, el agresor haya podido lograr su cometido. Manifestó reservas sobre el futuro del sujeto, de apellido Angulo y de 65 años, pues teme que pronto quede libre.
Agüero y Angulo habían mantenido una relación de pareja; sin embargo, las discordias llevaron a su separación.
Los vecinos de calle Montero, en San Lorenzo de Tarrazú, donde Angulo vivió con la mujer ahora fallecida, recuerdan haber escuchado discusiones entre ellos, tanto en la casa como en el carro. Dijeron que Agüero era de carácter fuerte.
Sobre el ahora detenido, quien se dedicaba a transportar estudiantes en una buseta, coincidieron con Gerardo Solís en que solía andar armado.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que el sujeto no tiene registrados antecedentes.
¿Qué sucedió? El lunes, poco después del mediodía, Angulo llegó en carro a la vivienda en Carrizales de San Pablo, en León Cortés, donde vivía su expareja con un nuevo compañero sentimental.
Apenas estaban terminando de almorzar, acompañados por la hija menor de Agüero.
De repente, los vecinos oyeron ladridos, disparos, gritos, y el ruido de ventanas quebradas por las balas.
José Gamboa es hijo del hombre que convivía con Agüero. Contó que su papá pudo sobrevivir al ataque pues logró huir por la puerta trasera. En ese momento, él estaba en su trabajo, en San Pablo, cuando le avisaron que la cabaña donde estaba su papá se estaba quemando.
El fuego empezó porque el sospechoso, luego de dispararles a sus víctimas, incendió un pick-up de la mujer y otro vehículo que pertenece a Gamboa, quien se dedica a cultivar café. Los bomberos de Tarrazú indicaron que los dos carros quedaron con pérdida total y, además, se quemaron 50 metros cuadrados de un galerón.
“Cuando yo subí y vi el incendio, corrí a ver dónde estaba mi tata. En eso me topé con la chiquita tirada al frente, aún con vida, y cerca de ella a la señora, que yacía de espaldas, en el corredor. Corrí a ver si mi tata también estaba baleado, pero se salvó de milagro”, dijo Gamboa.
Aunque hubo disparos dentro de la vivienda, no lo alcanzaron. Ambos hombres se conocen desde pequeños, pues sus familias vivían en casas que quedaban a 100 metros una de la otra, también en San Pablo.
La fallecida se dedicaba a oficios domésticos, mientras que la menor era colegial. Agüero recibió 11 disparos en diferentes partes del cuerpo, mientras que la adolescente tenía un balazo en la cabeza y, a pesar de que fue trasladada con vida a la clínica local, luego al hospital de Cartago y posteriormente al Hospital Calderón Guardia, murió en este último centro médico.
Pueblo cafetalero. El hecho causó conmoción en la zona, pues el sospechoso, quien se entregó a la Fuerza Pública, es oriundo de San Marcos. Aunque Agüero, su expareja, era oriunda de Cartago, había vivido más de 31 años en San Lorenzo.
Juliana Araya Arguedas, vecina de San Pablo, dijo que le preocupa ver casos así en una zona que se caracteriza por ser muy tranquila. Aunque ella vive en Estados Unidos, todos los años viene a ver a su familia. “Es muy triste. Es gente que uno conoció. Yo defiendo mi pueblo, mi país, pero nunca había visto casos tan graves aquí”, destacó.
El Ministerio Público solicitaría este miércoles medidas cautelares contra Angulo.
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