Carlos Alvarado firmó polémicos nombramientos con la canciller
Dice que estatuto obliga a mandatario a suscribir designaciones diplomáticas
La canciller Epsy Campbell no fue la única que firmó los polémicos nombramientos de tres directoras en el Ministerio de Relaciones Exteriores, los cuales fueron cuestionados por un criterio de la Procuraduría General de la República (PGR).
Dos de las designaciones llevan la firma del presidente de la República, Carlos Alvarado. El mandatario selló los documentos en los que se argumenta que las direcciones de la Cancillería son puestos de confianza.
Ese fue, precisamente, el alegato al que se opuso la PGR al concluir que esas designaciones deben ajustarse a los requisitos que establece el Estatuto de Servicio Exterior.
Ante ese criterio, que es de acatamiento obligatorio, la canciller confirmó la separación de las funcionarias la semana pasada.
Los documentos con la firma de Alvarado son los nombramientos de Adriana Murillo Ruin y Carolina Fernández Álvarez, como directora y directora alterna de Política Exterior de la Cancillería, respectivamente, ambos del 9 de julio de este año.
Argumentos. Por otra parte, en el punto V de los acuerdos ejecutivos ratificados por Alvarado y por Campbell, se argumenta que “los cargos de directores son considerados puestos de confianza por ser cercanos al jerarca del Ministerio, forman parte del personal de apoyo para cumplir con su proyecto político, por ende, son de libre nombramiento y remoción”. Esto, basado en un voto del 18 de setiembre de 1990 de la Sala IV.
En los acuerdos, el presidente y la canciller alegaron que ambas funcionarias cumplían con los requisitos para desempeñarse en el rango de embajador interno, por lo que procedieron a ascenderlas y colocarlas en las plazas de directora y directora alterna.
Dudas. La Nación consultó ante Casa Presidencial por qué razones Alvarado firmó los documentos y si lo ha hecho con otros directores o para cargos equivalentes en otros ministerios.
Esta fue la respuesta: “Los nombramientos de embajadores internos, en cuya categoría caben las diferentes direcciones de la Cancillería, son cargos del Régimen de Servicio Exterior, razón por la cual corresponde al Poder Ejecutivo su nombramiento, tal y como se ha hecho históricamente.
”Estos acuerdos pasaron por revisión y cuentan con el visto bueno de las instancias técnicas la Cancillería y del Departamento de Leyes y Decretos de la Presidencia”.
Y añadió: “Reconocemos que, a partir de los recientes criterios externados por la Procuraduría General de la República, el procedimiento empleado para realizar esos nombramientos (y el que se ha seguido por décadas) es erróneo. Es por ello que se han adoptado las acciones necesarias para evitar que se repitan”.
Con esa contestación, adjuntó siete documentos con designaciones de direcciones en la Cancillería durante otros gobiernos, a modo de ejemplo.
Cuatro son nombramientos similares a los realizados por Alvarado y Campbell: ascensos de funcionarios diplomáticos a plazas de embajadores para que asumieran como directores, firmados por el canciller y el presidente de la República de turno en los años 2012, 2015 y 2017 (dos de ellos en este último año).
Otros tres, al contrario, son nombramientos de funcionarios que ya tenían rango de embajadores y cuyas designaciones como directores no fueron acompañadas por las firmas del mandatario de ese momento.
Lo que se observa es que los acuerdos con los que fueron designadas Adriana Murillo Ruin y Carolina Fernández Álvarez Razonamiento
“LOS NOMBRAMIENTOS DE EMBAJADORES INTERNOS, EN CUYA CATEGORÍA CABEN LAS DIFERENTES DIRECCIONES DE LA CANCILLERÍA, SON CARGOS DEL RÉGIMEN DE SERVICIO EXTERIOR, RAZÓN POR LA CUAL CORRESPONDE AL PODER EJECUTIVO SU NOMBRAMIENTO (...). ESTOS ACUERDOS PASARON POR REVISIÓN Y CUENTAN CON EL VISTO BUENO DE LAS INSTANCIAS TÉCNICAS DE LA CANCILLERÍA Y DEL DEPARTAMENTO DE LEYES Y DECRETOS DE LA
’’ PRESIDENCIA (...).
Casa Presidencial
Respuesta a consulta de ‘La Nación’
son los primeros en que se especificó que se consideraban esas direcciones como puestos de confianza. ¿Qué dicen otros? Dos excancilleres, Manuel González (20142018) y Fernando Naranjo (19941998), comentaron que, en sus casos, las designaciones las hacían ellos mismos, por tratarse de actos internos administrativos, sin la firma del presidente de turno.
“Normalmente, es un tema que tiene un contenido bastante administrativo”, dijo González. “No es algo en lo que el presidente vaya a meterse, normalmente”, añadió.
En los casos de Murillo Ruin, el acuerdo para nombrarla directora de Política Exterior destacó que cumplía “con todos los requisitos que establece el ordenamiento jurídico para desempeñarse en el cargo de embajador interino en promoción, tal y como consta en el expediente de personal que está en el proceso de Recursos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto”.
La conclusión fue idéntica para proceder a la designación de Fernández como directora alterna. En el caso de dicha funcionaria, se resaltaron sus 12 años de experiencia en Cancillería.
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