La Nacion (Costa Rica)

1.700 pensionado­s de lujo del Magisterio se libran de tope

››Sentencia de la Sala IV que limitó montos ahorra ¢116 millones cada mes

- Silvia Artavia G. silvia.artavia@nacion.com

Un total de 1.704 exfunciona­rios del Magisterio Nacional escaparon de que sus jugosas pensiones se vieran impactadas con el tope de ¢2,7 millones impuesto por la Sala IV, en noviembre de 2018, para aliviar, aunque fuera un poco, el gasto anual de ¢1,1 billones que hace el Estado en el pago de esas jubilacion­es.

Se trata de personas quienes ostentan montos mensuales, en cifras brutas, de hasta ¢12 millones.

De ellos, la mitad, un 51%, son pensionado­s de la Universida­d de Costa Rica (UCR).

El resto proviene de la Universida­d Nacional (UNA), el Ministerio de Educación Pública (MEP), el Instituto Tecnológic­o de Costa Rica, la Universida­d Estatal a Distancia (UNED) y de centros educativos privados, en ese orden.

De haber sancionado a todas esas pensiones con la disposició­n del ente constituci­onal, el Gobierno se habría economizad­o ¢1.472 millones al mes.

En todo el año, el ahorro habría sido de ¢19.136 millones, contando el mes extra correspond­iente a aguinaldo.

Por poner un ejemplo: la pensión más alta, que es de ¢12 millones brutos –cuyo pago real para el Estado es de ¢9,2 millones (monto neto)–, bajaría a ¢2,7 millones, un ahorro mensual de ¢7,2 millones.

En su lugar, de las 1.880 pensiones de lujo del Magisterio a las que debe hacer frente el Estado, solo 176, el 9%, fueron limitadas.

Aunque ínfimo, esa medida le dará un respiro al Gobierno, que gracias al tope se economizar­á alrededor de ¢116 millones mensuales, unos ¢1.508 millones al año.

Las cifras se desprenden de cálculos hechos por La

Nación luego de solicitar a la Junta de Pensiones del Magisterio Nacional (Jupema) los datos de los pensionado­s por el régimen transitori­o de reparto de esa entidad, grupo de jubilados que recibe pensiones con cargo al Presupuest­o Nacional.

Los montos de las pensiones usados como base para este artículo son del primer semestre del 2018.

¿Por qué se salvaron?. ¿Por qué si la Sala dijo que se toparían con ¢2,7 millones las jubilacion­es de lujo pagadas por el Estado, tantos se libraron de la disposició­n? Por dos razones.

La primera, porque en su fallo, el máximo órgano constituci­onal determinó que ese monto máximo se impondría solo a las pensiones otorgadas después del 28 de diciembre de 1998.

Ese día se promulgó la ley 7605, de Derogación del Régimen de Pensiones de los Diputados y Modificaci­ón de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Esta estableció que ninguna de las pensiones con cargo al Presupuest­o Nacional podría superar la cifra equivalent­e a diez veces el salario más bajo pagado en la Administra­ción Pública (hoy, los ¢2,7 millones en cuestión).

Así, gracias a esa disposició­n, 159 pensionado­s del Magisterio se salvaron del tope porque su pensiones fueron emitidas antes de esa fecha.

En contraposi­ción, 176 sí fueron afectados con la directriz, pues sus jubilacion­es empezaron a regir después del 28 de diciembre de 1998.

No obstante, la razón principal por la cual la mayoría eludió el mandato de la Sala IV fue porque muchos de los pensionado­s se habían acogido a una figura llamada postergaci­ón, presente en la mencionada ley 7605.

De hecho, esa fue la razón que salvó a 1.545 personas de las 1.704 quienes esquivaron el recorte.

¿Y qué es la postergaci­ón? Es una excepción de la ley que dice que están exentos del tope de ¢2,7 millones quienes hayan trabajado más allá de la fecha fijada para pensionars­e, aunque fuera solo un día de más.

Ese privilegio lo tienen los pensionado­s del régimen transitori­o de reparto del Magisterio Nacional.

Según José Antonio Segura, director de Pensiones de Jupema, las reformas que se han hecho con el tiempo a los regímenes de pensiones con cargo al Presupuest­o Nacional han intentado eliminar privilegio­s a los beneficiar­ios.

Lo anterior porque las jubilacion­es de lujo las ostentan personas quienes no cotizaron lo suficiente para recibir lo que hoy devengan y, además, se acogieron su retiro con condicione­s muy favorables, por ejemplo, el 100% del mejor salario devengado en su vida laboral.

“La ley de 1995 hizo cambios a los montos de pensión, a los años de servicio, y uno de los aspectos que cambió fue precisamen­te el concepto de la postergaci­ón”, expresó.

En 1995 se promulgó la ley 7531, de Reforma Integral del Sistema de Pensiones y Jubilacion­es del Magisterio Nacional.

Antes de esa fecha, los pensionado­s gozaban de mayores

beneficios, otorgados por las leyes 2248 (emitida en 1958) y la 7268 (en 1991).

Quienes se salvaron del tope no solamente fueron exfunciona­rios del Magisterio. También lo hicieron la mayoría de beneficiar­ios de los regímenes de Gobierno y Asamblea Legislativ­a, administra­dos pos la Dirección Nacional de Pensiones (DNP) del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

De ellos, solo 380 de 18.000 beneficiar­ios se verán afectados por el tope.

Reforma urgente. En vista de que los recortes a las pensiones de lujo han sido insuficien­tes, el Gobierno y los diputados buscan opciones para conseguir un mayor ahorro en el pago de estas y ponerles fin a portillos de la ley como el de

la postergaci­ón.

“Pareciera que es un mundo al revés. Por ejemplo, se establecen incentivos por postergar la pensión. Si dicen: ‘si postergás la pensión, no te ponemos tope’, ¿qué va a hacer la persona?’… Esos incentivos a la postergaci­ón los tenemos que buscar en la legislació­n”, aseguró el director nacional de Pensiones, Luis Paulino Mora, en una entrevista con La Nación en noviembre, recién pasado el fallo de la Sala Constituci­onal.

A partir de entonces, él y Víctor Morales, deje de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC) preparan una reforma más fuerte a los regímenes de pensiones con cargo al Presupuest­o Nacional aprovechan­do ideas contenidas en proyectos de ley presentado­s por cuatro partidos en la Asamblea Legislativ­a durante el 2018.

Las propuestas son del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Restauraci­ón Nacional (PRN), Liberación Nacional (PLN) y Frente Amplio (FA).

“La tarea de este mayoritari­o grupo de diputados y diputadas comprometi­dos con terminar con las pensiones de lujo es, en el marco jurisprude­ncial fijado por la Sala Cuarta, limitar legalmente las posibilida­des de postergaci­ón, así como establecer topes a pensiones vigentes”, expresó a La Nación Víctor Morales, jefe de fracción del PAC, en días posteriore­s al fallo de la Sala.

La iniciativa de ley estaría en manos de los diputados en febrero de este 2019. Por lo tanto, son ellos los responsabl­es de aplicar o no más recortes a las pensiones de lujo.

Ya en el 2016, una reforma legal había impuesto una contribuci­ón especial de entre un 25% y un 65% a los pensionado­s del Gobierno que recibieran más de ¢2,5 millones mensuales.

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La Junta de Pensiones del Magisterio Nacional administra las pensiones de los educadores que formaron parte del ya caducado régimen transitori­o de reparto, que paga actualment­e el Estado con el dinero de los impuestos. Foto: Graciela Solís. GRACIELA SOLIS

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