Sánchez en un torbellino por diálogo con catalanes
El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se hallaba ayer atenazado entre la escalada de insultos de la oposición conservadora y la preocupación dentro de su propio partido, a raíz de una concesión en su diálogo con los independentistas catalanes.
La cuestión de Cataluña ocupa estos días el centro del debate político español, convertido en un auténtico tetris de intereses, presiones y cálculos electorales.
El martes se abre en el Tribunal Supremo el histórico juicio contra 12 líderes separatistas, por su papel en el fracasado intento de secesión de octubre del 2017.
Coincide con el debate sobre los presupuestos del 2019 en el Parlamento, donde el gobierno de Sánchez es minoritario y necesita el apoyo de los partidos secesionistas catalanes, soliviantados con un juicio que califican de “político” y de “farsa”.
Los independentistas llevan meses presionando en pos de una mediación internacional en el diálogo entre el Gobierno Central español y el catalán. Una demanda inaceptable para Sánchez, que optó por una concesión alternativa: designar a un relator independiente, encargado de facilitar el diálogo en una futura mesa entre partidos políticos.
“Este espacio de diálogo entre representantes de los partidos políticos catalanes no afecta en nada a las instituciones del Estado ni las relaciones entre el Gobierno y la Genera litat (gobierno catalán)”, dijo llamando a la tranquilidad, e ministro español de Relacio nes Exteriores, Josep Borrell.
La propuesta ha sido aprovechada por los partidos de derecha para lan zarse en tromba contra lo que consideran una “rendición” ante los separatistas que go biernan Cataluña. El tono lo dio, el miércoles, el líder de Partido Popular, Pablo Casa do, quien lanzó una insólita retahíla de ataques persona les contra Pedro Sánchez “traidor”, “felón”, “ilegítimo” “mentiroso compulsivo”, “ri dículo” y “ególatra”.
Para el domingo, su partido convocó una marcha que se es pera masiva en Madrid. A esta irán también Ciudadanos, de inspiración liberal, y los ultra derechistas de Vox.
Una concentración entre tres partidos que el mes pasa do ya se pusieron de acuerdo para expulsar del poder a los socialistas en Andalucía, su feudo histórico.