Cocinar unos eurobonos
El proyecto de ley que autoriza al Gobierno a vender una nueva emisión de títulos valores en el exterior (expediente N.° 21.201), por un monto de hasta $6.000 millones, es uno de los grandes puntales de la economía costarricense para el periodo 2019-2020.
El panorama que muestra el Banco Central sin esta línea de financiamiento es desolador: aumento de tasas de interés locales, encarecimiento de la deuda del Gobierno Central, estrujamiento del financiamiento del sector productivo y menores niveles de consumo, inversión y crecimiento económico, que se traducen en más desempleo y pobreza. ¡Hasta dan ganas de llorar!
Quizás por eso la autoridad monetaria prefirió construir una programación económica para este bienio donde el escenario base presupone la existencia de eurobonos, y dejar como escenario alterno uno donde no.
Apostaría que el proyecto de ley terminará por recibir el aval legislativo. No obstante, una duda razonable es si la colocación se logrará este año.
La última vez que el país recurrió a los mercados internacionales en busca de recursos para financiar sus apuros fiscales fue durante la administración de Laura Chinchilla. La Dirección de Crédito Publico (dependencia del Ministerio de Hacienda) comenzó a sugerir la posibilidad de tocar la puerta a capitales del exterior desde inicios del 2010.
Lo cierto fue que pasar de la idea a la venta tomó al país más de dos años. El 28 de marzo del 2011 el Poder Ejecutivo presentó a la corriente legislativa la propuesta de ley y fue el 23 de agosto del 2012 cuando los diputados por fin aprobaron los bonos externos.
Pero la discusión política es solo parte de la historia, pues Hacienda todavía debía hacer un concursos para contratar a una firma de asesoría legal, seleccionar al banco colocador, contratar calificadoras de riesgo y un banco de registro y pago. Hasta el 16 de noviembre se hizo la primera colocación de esta camada de eurobonos.
Volvamos al presente. El proyecto se discute en la comisión de Asuntos Económicos, a la cual llegó el 29 de enero pasado, y fue convocado por el Ejecutivo al periodo de sesiones extraordinarias. ¿Saldrá a tiempo para apuntalar el pronóstico del Banco Central? La última vez el trámite tardó 20 meses. Los escenarios están echados y el Congreso tiene la palabra. La entidad financiera aseguró que sigue “comprometida” con sus operaciones en Costa Rica y Panamá.