‘En Motagua se jugaba para mí; vamos a ir cambiando’
››Paté Centeno promete convertirlo en su goleador, pero con otra fórmula “Rubilio Castillo será nuestro goleador”, predica Wálter Centeno, justo después de retratar lo que espera del artillero catracho, autor de 85 goles en Motagua de Honduras y refuerzo de lujo de Saprissa.
A Castillo, un tipo delgado de estatura mediana, le precede un cartel con números altos, acompañado de un funcionamiento distinto, en el que había una premisa: el equipo jugaba para él. Lo buscaba, lo asistía y lo proyectaba; Castillo respondía en la red.
Rápido y capaz de salirse del área, Castillo se movía por todo el frente del ataque. El juego largo y directo le permitía moverse a la espalda de los centrales y penetrar con agresividad.
“Sé que en Motagua se jugaba para mí, pero vamos a ir cambiando. El profesor (Centeno) sabe cómo hacer para buscarme, porque en el partido anterior (Santos) faltó eso”, explica Castillo, que, de antemano, tendrá que variar radicalmente una de sus virtudes.
El libreto actual del entrenador morado lo obliga a aguardar pacientemente y esperar a que el medio campo encuentre los espacios para contactarlo con un centro o un pase filtrado.
La estrategia actual le sugiere hacer desplazamientos rápidos, pero en corto para quitarse la marca de encima y correr al espacio, siempre y cuando sea cerca del área. Luego aprovechar las oportunidades que se generen cuando el equipo decida romper el juego de posesión de balón y ocasionar alguna jugada de peligro por los costados.
“Cuando hay un referente arriba, se crea más espacio para los buenos generadores de juego. A veces es complicado no tocar la pelota, pero me voy a ir adaptando”, añadió Castillo, que en el clásico participó en dos ocasiones claras de gol para el Deportivo Saprissa.
Eje goleador. La promesa de Paté es que el catracho cumplirá con la tarea que se le encomendó el día en que se concretó su fichaje: convertirse en su romperredes más importante.
No tendría lógica ningún otro objetivo, pues se decidió, unilateralmente, quitar a Johan Venegas del centro del ataque, cuando finalizó el último semestre con 11 anotaciones.
Esta realidad compromete a Castillo a cumplir con una cuota goleadora alta.
El propio Venegas ha reconocido públicamente que le gusta más jugar como centro delantero que recostado por un costado, como sucede desde que Paté Centerno tomó el equipo.
Ya Vladimir había optado por utilizarlo en una banda durante algunos partidos y Centeno lo confirmó en su gestión al empoderar a Castillo y definirlo como “su centro delantero”.
A Venegas no le va mal encarar y hacer diagonales hacia dentro para rematar de media distancia, como tampoco parece incómodo detrás del punta, pero extraña la posibilidad de anotar más seguido y crearse las ocasiones de gol.
El sacrificio y la disciplina táctica también son distintas cuando juega de interior y no de punta.
“Por fuera hay que tener más cuidado de marcar, de cerrar líneas de pase y apoyar al lateral”, recalcó Venegas, casi resignado a que el centro del ataque sea para Castillo. Rubilio Castillo es el goleador histórico del Motagua, con 85 anotaciones. Paté Centeno le pide al catracho que no se mueva del centro del área rival.
Es un equipo al que le gusta tener el balón, llevar el peso del partido y posee futbolistas con buenas condiciones en cuanto a técnica para asegurar el traslado de pie a
Con la tenencia de la pelota, los defensas centrales deben evitar las equivocaciones en salida porque dejan al rival con el arco servido de par en par, tal y como sucedió en el pasado clásico nacional ante Alajuelense, en que Róger Rojas quedó frente a Aarón Cruz luego de una grave falla defensiva,