Obispo de Ciudad Quesada pide parar crisis en Crucitas
“Ya es hora de que, como país, pongamos a Crucitas en el orden de las prioridades, con soluciones reales, no pasajeras, sin demagogia y sin intereses políticos y económicos inmediatos, sobre todo con claridad y apertura de mente, pues la familia humana se está destruyendo alrededor de lo que allí acontece”.
Con estas palabras, el obispo de Ciudad Quesada, José Manuel Garita Herrera, hizo un llamado este martes a colocar como prioridad el daño ambiental y la crisis social que se está viviendo en la finca Vivoyet, en Crucitas de Cutris, San Carlos.
En ese terreno, de 805 hectáreas, cientos de personas se han dedicado a extraer ilegalmente oro y han obligado a las autoridades policiales a realizar incursiones para intentar poner un freno a la actividad.
El obispo reconoce que la situación que ahí se da está perjudicando el ambiente y rompiendo los vínculos familiares.
“Las acciones al margen de la ley, producto de una ambición desbordada y con grave perjuicio del ambiente, incluso exponiendo la propia vida, son algunos de los hechos que se viven en esta zona desde hace ya muchos meses.
”He manifestado, en otras oportunidades, la movilidad de miembros de familias, el potencial riesgo de ruptura de estas, la deserción de jóvenes en la etapa estudiantil e incluso la manipulación de poblaciones en riesgo social. Hablo de personas en pobreza o pobreza extrema, o poblaciones migrantes, por citar algunos casos.
”Es un hecho que la solución no viene solo de un sector. Debe haber participación de instituciones públicas y privadas, de autoridades locales y, desde luego, de una decisiva intervención estatal”, agregó el religioso.
El pronunciamiento sucede cuando, según dijo, el Ministerio Público ha revelado crimen organizado en la zona.