Autonomía universitaria y un piano de cola
En el 2019, “en un pequeño país donde no exista el reloj, juntar tu piel con mi piel” suena gracioso e increíble que la autonomía universitaria siga siendo una cuestión romántica y de despecho dentro de la corriente legislativa.
Hace 900 años, Occidente vio los beneficios del principio constitucional de autonomía, traído a América por los españoles junto con el arroz y los frijoles, que tanto disfrutan muchos hoy.
La Universidad de Oxford, por más vieja y prestigiosa, se autodenomina pública porque sus fondos son, en su mayoría, del Gobierno, y sigue teniendo una autonomía tanto de gobierno como de presupuesto. Los británicos no hacen eso porque les sobre el dinero, sabemos cómo el brexit está a la vuelta de la esquina. Lo hacen porque la autonomía universitaria es beneficiosa para el pueblo.
Los intereses de las corrientes políticas o los asuntos macroeconómicos no pueden regir o influenciar la investigación que una universidad desarrolla, pues ahí reside el futuro de un país. Las universidades autónomas son un espacio neutral donde, sin importar si las políticas públicas funcionan o no, el conocimiento sigue aumentando y, para suerte de nuestro país, la UCR hace esto muy bien, como lo resalté en mi articulo de La Nación del 12/11/2018.
Matemática y física.
Un piano de cola y sus accesorios para funcionar cuestan $500.000; el 0,0001 % del PIB, y ahora, para los que alguna vez dijeron que cuándo iban a usar lo aprendido en sus clases de Matemáticas o Física, este es el momento.
Si el déficit fiscal es un 6 % del PIB y no se compra el piano: ¿En cuánto habría cerrado el déficit? Bueno, en un 6 % porque en la incertidumbre de la medición se escapa el medio millón. Aun si no se hubiera construido toda la plaza de la autonomía con su aula magna, seguiría siendo un 6 %. Aquí es donde el que no le entendió a la profesora de Matemáticas dirá: cada centavo cuenta, sí es cierto, pero este centavito (realmente es un centavo de centavito) es de suma importancia para la investigación que se efectúa en el país.
Las famosas oscilaciones que fueron noticia por los fríos que nos afectaron en enero y generaron temperaturas en Chicago más frías que en los polos, se entienden gracias al estudio de la física sobre las oscilaciones en las cuerdas de los pianos.
La meteorología misma no se entendería sin esos estudios. A los músicos, les puedo dejar algo de mi propia investigación en agujero negros, uno de los misterios de la astrofísica actual y se le conoce como el problema de la quinta (sí como en do y sol) y mucho del conocimiento detrás de este concepto musical ha servido como metáfora para esta investigación.
Por muchos años, la música fue parte de las matemáticas. El concepto de resonancia nació gracias al interés de la física en la música, y sin este hoy no tendríamos resonancias magnéticas que salvan vidas cada día en nuestros hospitales. Aun los procesos de afinación de los pianos son materia de activo debate en la ciencia.
Sin condiciones.
Algunos dirán que este artículo solo quiere que siga el despilfarro en la UCR. Bueno, no. En el país existen varias instituciones dedicadas a fiscalizar esos gastos, entre ellas la Controlaría Universitaria y la Contraloría General. Lo cual implica que la autonomía es que los poderes de la República no deben condicionar el presupuesto a no gastarlo en pianos, porque lo que aprendamos de un piano hoy puede ser la solución a los problemas del mañana.
Se dice que con el costo conjunto del piano, el aula y la plaza pudo haberse construido un puente, pero de lo que no se habla es de cómo un puente tiene una vida media de 70 años, en cambio un piano y esos edificios se construyen para durar cientos.
Los nietos de sus nietos tendrán la oportunidad de escuchar en esa aula el concierto de una gran intérprete o la exposición de los resultados científicos que salvarán vidas mañana, y adivinen qué: la UCR solo necesita un aula magna. Ojo por ojo.
Ya en el foro institucional del año 2018 esa aula sirvió para transmitir a la comunidad cómo cada vez que se cruza un puente ya el Lanamme-UCR estuvo ahí, evaluando su condición, información accesible en la web para todo costarricense que quiera saber cuán seguro es cruzar un puente.
Recordemos que las autooscilaciones causantes de que los puentes caigan son las mismas culpables del magnífico sonido de un piano de cola.
Para terminar, como ya dijo la Sala Constitucional (voto 1313-93 del 26/3/93): autonomía sin condición en un pequeño país.
El concepto de resonancia nació gracias al gran interés de la física en la música