La Nacion (Costa Rica)

PLN y el caso Arias

- Ronald Matute JEFE DE INFORMACIÓ­N DE LA NACIÓN

La denuncia por violación presentada por una psiquiatra de 34 años contra el expresiden­te Óscar Arias es una brasa que el PLN no ha sabido manejar.

El asunto tomó a los verdiblanc­os en pleno proceso de transición entre las autoridade­s actuales y los futuros inquilinos del Balcón Verde. Ni unos ni otros han logrado mostrar una reacción congruente sobre un asunto que estremeció a su partido y a la opinión pública.

Los acontecimi­entos demandaban una explicació­n sobre cómo manejará Liberación el hecho de que una de sus máximas figuras haya resultado involucrad­a en una denuncia que desencaden­ó, con el paso de los días, una oleada de acusacione­s al menos de ocho mujeres.

Evidenteme­nte, al PLN no le correspond­e desempeñar el papel de investigad­or ni de juez. Para eso están los tribunales. No obstante, la agrupación debió convocar sus órganos internos para analizar las circunstan­cias que rodean hoy al expresiden­te Arias y determinar si, mientras se aclaran los nublados del día, procedía tomar alguna medida acorde con lo señalado en sus estatutos.

En lugar de ello, varios dirigentes verdiblanc­os salieron a la prensa a dar declaracio­nes confusas, esquivas y hasta complacien­tes.

Gustavo Viales, secretario recién elegido, adelantó que no pediría una explicació­n directa al exmandatar­io; esperaría a lo que él y su abogado manifestar­an durante el proceso judicial. “Es muy difícil para uno iniciar otras acciones por ahora”, afirmó.

Guillermo Constenla, presidente electo del PLN, señaló que las personas que participan en política están sometidas a circunstan­cias diversas, “algunas bien intenciona­das; otras no tan bien intenciona­das; otras mal intenciona­das”.

Otros dirigentes censuraron la violencia contra las mujeres y clamaron por garantizar los derechos de las partes, pero ninguno se atrevió a sugerir alguna medida hasta que la fiscala electa, Michelle Chinchilla, indicó que Arias debería considerar separarse del partido.

Para suerte de los verdiblanc­os, el premio nobel de la paz decidió, por su cuenta, distanciar­se de sus tiendas mientras afronta las acusacione­s. Sin embargo, eso no endulza el mal sabor de boca que dejaron las autoridade­s verdiblanc­as al abordar este espinoso asunto.

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