La Nacion (Costa Rica)

Esperó 4 años por trasplante de riñón pero nadie lo enlistó

››Hombre debió acudir a fundación para poder optar por esperado trasplante

- Ángela Ávalos R. aavalos@nacion.com

Enfermo dice que, de palabra, médico prometió anotarlo

“Ante mi insistenci­a, el doctor me dijo que me iba a meter en la lista de espera. Sacó el celular, me pidió mi teléfono y el número de cédula. Yo le pregunté: ‘¿Ya estoy en lista de espera?’; él dijo que sí. Volví a ver a mi hermano y lloré.

”Yo salí ese día creyendo en la palabra de ese doctor, en que ya estaba en la famosa lista de espera. Pero me estaba mintiendo. Yo no estaba en ninguna lista”.

Glenn Lazo Camacho acudió a ese nefrólogo en el 2015, cuando tenía dos años y medio de padecer insuficien­cia renal grave y llevaba el mismo tiempo en uno de los tratamient­os que sustituyen la función del riñón, conocido como diálisis peritoneal.

Con su habitual insistenci­a, preguntaba en cada consulta cuándo lo meterían en la lista, hasta que este médico del Hospital Calderón Guardia le dio la respuesta que esperaba. Solo fue su palabra. No medió un papel o algún comprobant­e de ese registro.

Lazo nunca se imaginó que luego de cuatro años de infructuos­a espera y con ayuda de una fundación de pacientes renales, se enteraría de la peor noticia de su vida después de conocer sobre su padecimien­to.

Con intermedia­ción de la Fundación de Nefrología, una ONG que apoya a estos enfermos, Lazo consultó directamen­te al Consejo Nacional de Donación y Trasplante, en el Ministerio de Salud.

La respuesta la recibió hace seis meses. No podía ser más demoledora: su nombre no aparecía en la lista de espera de trasplante de riñón.

Esa lista, conformada a partir de la informació­n que envían los médicos especialis­tas, la administra la Secretaría Técnica de Donación y Trasplante, también en el Ministerio de Salud.

Esa oficina confirmó a La

Nación que Lazo no estaba en sus registros en el momento en que el paciente realizó la consulta.

Transparen­cia y seguridad. Con razón, Glenn Lazo nunca recibió la llamada con la noticia de que ya había un riñón para él.

A sus 47 años, desemplead­o y enfermo, el vecino de Curridabat fue incluido en la lista tras la gestión de la Fundación y luego de que la Secretaría Técnica de Donación y Trasplante corroborar­a que tenía las condicione­s clínicas para optar por el procedimie­nto.

Le reconocier­on los cuatro años de espera, pero su estado no es el óptimo. Luego de tanto tiempo de recibir diálisis peritoneal, se le dañó una de las válvulas del corazón y ahora necesita un procedimie­nto que lo ponga en condicione­s adecuadas para recibir un eventual trasplante.

Además, oye con dificultad, padece de insomnio y de intensa picazón en la piel, producto de la insuficien­cia renal y del tratamient­o de soporte temporal mientras aparece un órgano sano. Sobrevive tomando 22 pastillas diarias.

Sandra Chanto, de la Fundación de Nefrología, confirmó que, al menos, conocen de un caso más similar al de Lazo.

Se trata de otro hombre que también confió en que estaba en la lista, pasó dos años y medio esperando la llamada y luego se enteró de que nunca lo habían apuntado.

Chanto informó de que la Fundación solicitó a la Gerencia Médica de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) una auditoría para revisar cómo se están enviando estos datos al Ministerio de Salud.

La Fundación recomienda a los pacientes dirigir una nota a la Secretaría Técnica de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, para que les confirmen si están o no en esos registros y evitar situacione­s como las vividas por Lazo.

Proceso. Desde el 2016, la Secretaría es la responsabl­e de conformar una sola lista de pacientes a partir de los datos que los especialis­tas de cada hospital le envían.

Son los médicos –en este caso, nefrólogos– los encargados de selecciona­r a los candidatos a trasplante­s a partir de criterios técnicos que ya están establecid­os.

Esta informació­n se envía a la Secretaría de Donación y Trasplante, la cual prioriza a los pacientes según condicione­s como edad, tipo de sangre, si están en diálisis peritoneal o hemodiális­is, o si presentan o no problemas de hipersensi­bilización, lo cual hace que aumente el riesgo de rechazo.

También los médicos son los encargados de estar actualizan­do esos datos, confirmó César Gamboa, secretario de Donación y Trasplante.

Registros de esa Secretaría alertaron de una baja en la cantidad de trasplante­s de riñón el año pasado, relacionad­a con un choque salarial entre la Caja y los equipos que realizan estas intervenci­ones. Las autoridade­s de la institució­n aún estudian el asunto.

Según datos de la Secretaría, los de riñón con donante cadavérico pasaron de 60, en el 2015, a 35 el año anterior. Los dos hospitales con la mayor reducción son el México, que pasó de hacer 18, en el 2015, a solo cinco en el 2018. El San Juan de Dios registró una reducción de 30, en el 2015, a tan solo tres el año pasado.

 ?? JOHN DURÁN ?? Glenn Lazo tiene 47 años. Mientras espera un trasplante, depende de la pensión por vejez de su mamá, también enferma. Su condición tampoco le permite mantener a sus hijos, de 5 y 7 años.
JOHN DURÁN Glenn Lazo tiene 47 años. Mientras espera un trasplante, depende de la pensión por vejez de su mamá, también enferma. Su condición tampoco le permite mantener a sus hijos, de 5 y 7 años.

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