La Nacion (Costa Rica)

Cura ejerció sacerdocio con el aval de la Iglesia pese a condena

- Daniela Cerdas E. daniela.cerdas@nacion.com

En diciembre, otra persona lo denunció por ‘conducta sexual inapropiad­a’ La diócesis de Ciudad Quesada permitió que el cura Luis Francisco Calvo Bolaños continuara ejerciendo el sacerdocio a pesar de que, en el 2004, había sido condenado por abuso sexual agravado.

Él fue sentenciad­o por el Tribunal de Juicio de San Carlos a cuatro años de cárcel por ese delito en perjuicio de una persona menor de edad. Así lo admitió la propia diócesis en un comunicado que envió este viernes como respuesta a una informació­n que divulgó canal 7.

El caso se remonta al 12 de octubre del año 2000, cuando el menor, de 16 años, acudió a la casa cural de San Martín de Ciudad Quesada, para recibir una consejería espiritual. Su madre lo acompañó y luego se retiró.

Según la versión del muchacho, él tuvo que besar en la boca al religioso para que lo dejara salir. Al llegar a su casa, rompió en llanto y relató lo sucedido.

Por el hecho, el cura fue condenado en el 2004 y estuvo en prisión dos años, pues le fue otorgado el beneficio de libertad condiciona­l.

Según la diócesis, se realizó la investigac­ión y hubo comunicaci­ón con la Santa Sede para dar seguimient­o al caso de Calvo.

Versión de la diócesis. Este seguimient­o, dijeron, se dio por varios años y finalizó en el 2010 “sin que hubiera ninguna condena ni impediment­o para que se mantuviera ejerciendo como sacerdote. Esto, por cuanto no todos los actos de abuso son iguales en términos de gravedad”.

“Por indicación de la Santa Sede, se facultó a los obispos de la diócesis de entonces, El cura Luis Francisco Calvo Bolaños tenía 39 años cuando fue condenado por el Tribunal de Juicio de San Carlos.

monseñor Ángel San Casimiro y, posteriorm­ente, monseñor Oswaldo Brenes (ya fallecido) para que permitiera­n la continuida­d del cura en su ministerio. La Santa Sede mantuvo seguimient­o del caso y ordenó un proceso de acompañami­ento espiritual y psicológic­o, el cual se llevó a cabo.

“El entonces secretario de la Congregaci­ón para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria, mantuvo contacto frecuente con el obispo de la diócesis. Tras este seguimient­o, la Santa Sede indicó que, superadas las causas por las cuales el sacerdote fue condenado en el ámbito civil, el padre Francisco podría seguir ejerciendo”, dijo la diócesis de Ciudad Quesada en el comunicado.

Para el 2014, el sacerdote Calvo era parte del clero diocesano y podía ser nombrado en diferentes parroquias.

Otra denuncia. Sin embargo, según la misma diócesis, el 17 de diciembre del 2018 una persona mayor de edad interpuso una denuncia “ante el hecho de una conducta sexual inapropiad­a por parte del sacerdote”. Esta fue recibida de modo formal por monseñor José Manuel Garita Herrera, actual obispo de San Carlos.

”El 21 de diciembre, monseñor Garita se reunió con el sacerdote, quien aceptó la acusación. Ese mismo día, monseñor Garita impuso al padre Francisco Calvo la pena de suspensión canónica en virtud de su autoridad y de acuerdo con el Código de Derecho Canónico.

”El obispo Garita y la iglesia de Ciudad Quesada se han manifestad­o en contra de los abusos sexuales contra menores y en contra de conductas inapropiad­as de los sacerdo- El menor dijo haber tenido que besar al cura en la boca para poder salir

tes.”, indicó la diócesis.

Consultado sobre este asunto el obispo emérito Ángel San Casimiro, rechazó cualquier relación con el regreso de Calvo al sacerdocio, pues afirma que en el 2007, él asumió la diócesis de Alajuela.

No obstante, el prelado confirmó la autorizaci­ón por parte del Vaticano para que el padre Calvo reasumiera sus labores, de lo cual se encargó su sucesor en San Carlos, Oswaldo Brenes.

“En el 2007 yo pasé a la diócesis de Alajuela. En eso, yo no tuve nada que ver (en el retorno de Calvo al sacerdocio). Eso fue un pequeño error de monseñor Garita. Yo, en el 2007, ya

estoy en Alajuela y a él cuando se le reintegra es en el 2010; así que mi nombre no tiene por qué aparecer ahí (...).

“De la Santa Sede de Roma le permiten al obispo, en su discernimi­ento, como quiera que no fue muy grave, digamos, el pecado que cometió (Calvo) no fue tan, tan grave, le dieron la facultad de que si era oportuno, podía efectivame­nte reintegrar­lo al ministerio (de la Iglesia)”, dijo San Casimiro tras consultas de este medio.

Esta informació­n trasciende en momentos en que se conocen otras denuncias contra religiosos. Entre ellas, la del sacerdote Mauricio Víquez Lizano, contra quien el Juzgado Penal de Desamparad­os dictó una orden de captura internacio­nal, el martes anterior. Contra él hay nueve denuncias presentada­s dentro del derecho canónico.

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