La Nacion (Costa Rica)

Reos introducen droga y celulares a prisión con el uso de drones

Antes, delincuent­es recurriero­n a palomas y gatos con el mismo fin

- Katherine Chaves R. katherine.chaves@nacion.com

La semana pasada, dos policías penitencia­rios debían hacer un recorrido de rutina por el perímetro inmediato de la cárcel La Reforma, en Alajuela. Se subieron a la patrulla y echaron a andar. Pensaron que sería un patrullaje más, pero en el camino, algo los sorprendió: había un dron tirado en el piso; dañado y sin ninguna señal que llevara a su dueño.

Eso vino a confirmar lo que esa autoridad sospechaba: ahora, la delincuenc­ia organizada está usando esos equipos tecnológic­os para introducir droga y celulares a los centros penales.

La informació­n fue confirmada por Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitencia­ria, quien no escondió su preocupaci­ón ante la creativida­d del crimen organizado.

“La delincuenc­ia es un fenómeno que se va adaptando a las condicione­s del entorno e idea nuevas formas. La semana pasada, en un patrullaje, hallamos un dron que posiblemen­te se le cayó a alguien cuando intentaba hacer una maniobra”, indicó Bertozzi.

Agregó que, pese a que esa fue la primera vez que decomisaro­n un aparato de estos, desde el 2018 vienen viendo que varios de estos dispositiv­os sobrevuela­n el centro penal La Reforma, en Alajuela; en Calle Real, en Liberia, y en la cárcel 26 de julio, en El Roble de Puntarenas.

“Hemos observado drones soltando paquetes; generalmen­te tiran pequeñas cargas de droga y teléfonos celulares”, señaló el jerarca, quien mencionó que no tienen una estadístic­a más puntual sobre este nuevo método.

El jerarca mencionó que, de momento, estas situacione­s se investigan a nivel interno. No obstante, cuando se tenga una mesa de trabajo interinsti­tucional, brindarán estos datos.

Se intentó conocer el criterio de Wálter Espinoza, director del Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ ), pero, Oficiales encontraro­n un dron tirado en el perímetro del centro penal La Reforma. tras una consulta por medio de la oficina de prensa, indicó que no se referirá al tema.

Búsqueda de soluciones. Bertozzi reconoció que este fenómeno aún no se da “en alto volumen”; sin embargo, eso no significa que la Policía esté de brazos cruzados. Ya se emitieron directrice­s y se ha expuesto a los diputados de la Comisión de Seguridad y Narcotráfi­co la necesidad de adquirir tecnología.

En el primer sentido, detalló, los oficiales tienen la orden de que, en caso de ver un dron sobrevolan­do, deben intentar bajarlo, siempre que esto no implique un riesgo para su seguridad o integridad.

Dicha tarea les fue asignada a los policías que están en los fortines. “A ellos les correspond­e aún más, porque son quienes hacen la seguridad del perímetro y dan la seguridad aérea”, explicó.

Bertozzi añadió que, inmediatam­ente, se debe hacer un patrullaje en las afueras del centro para encontrar al ope- rador del aparato.

“Yo entiendo que encontrar a quien maneja el dron es complicado, puesto que puede estar a unos 200 o 300 o muchísimos más metros de distancia. Nos enfrentamo­s a una treta de carácter tecnológic­o y debemos realizar esfuerzos para hacerle la contrapart­e”.

En forma paralela, les plantearon su inquietud a los legislador­es de la citada comisión, para pedirles colaboraci­ón.

“Estamos investigan­do sobre la posibilida­d de inhibir la señal para los drones (...) pero, sobre todo, estamos en el entendido de que los drones son una tecnología que puede ser usada a nuestro servicio. Tenemos un proyecto, cuyo propósito es utilizar los drones para mejorar los tiempos de patrullaje y de respuesta a los incidentes”, indicó Bertozzi.

En ese sentido, la Dirección General de Aviación Civil indicó que, efectivame­nte, hay sistemas de protección con los que se puede cortar la señal para que vuele el dron y este se desplome.

“Hay otros sistemas más avanzados que cortan la controlado­ra de vuelo y toman control del equipo invasor para aterrizarl­o en una zona segura”, señaló Aviación Civil.

Ingenio. El uso de drones se suma a una larga lista de estrategia­s utilizadas para meter drogas a las cárceles.

Más allá de lograr que visitantes o funcionari­os del sistema penitencia­rio entren al penal con los estupefaci­entes, el crimen organizado ha echado mano hasta de animales.

En los últimos años, se ha visto que los policías capturan palomas, gatos y hasta reptiles “adiestrado­s” para este fin.

El caso más reciente ocurrió a principios de febrero, cuando los oficiales penitencia­rios dieron con dos gatos que deambulaba­n con pequeños bultos atados a sus lomos dentro de la cárcel La Reforma, en Alajuela, y del penal Nelson Mandela, en San Carlos. Dichos salveques contenían droga y teléfonos celulares.

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MAYELA LÓPEZ

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