Reos introducen droga y celulares a prisión con el uso de drones
Antes, delincuentes recurrieron a palomas y gatos con el mismo fin
La semana pasada, dos policías penitenciarios debían hacer un recorrido de rutina por el perímetro inmediato de la cárcel La Reforma, en Alajuela. Se subieron a la patrulla y echaron a andar. Pensaron que sería un patrullaje más, pero en el camino, algo los sorprendió: había un dron tirado en el piso; dañado y sin ninguna señal que llevara a su dueño.
Eso vino a confirmar lo que esa autoridad sospechaba: ahora, la delincuencia organizada está usando esos equipos tecnológicos para introducir droga y celulares a los centros penales.
La información fue confirmada por Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria, quien no escondió su preocupación ante la creatividad del crimen organizado.
“La delincuencia es un fenómeno que se va adaptando a las condiciones del entorno e idea nuevas formas. La semana pasada, en un patrullaje, hallamos un dron que posiblemente se le cayó a alguien cuando intentaba hacer una maniobra”, indicó Bertozzi.
Agregó que, pese a que esa fue la primera vez que decomisaron un aparato de estos, desde el 2018 vienen viendo que varios de estos dispositivos sobrevuelan el centro penal La Reforma, en Alajuela; en Calle Real, en Liberia, y en la cárcel 26 de julio, en El Roble de Puntarenas.
“Hemos observado drones soltando paquetes; generalmente tiran pequeñas cargas de droga y teléfonos celulares”, señaló el jerarca, quien mencionó que no tienen una estadística más puntual sobre este nuevo método.
El jerarca mencionó que, de momento, estas situaciones se investigan a nivel interno. No obstante, cuando se tenga una mesa de trabajo interinstitucional, brindarán estos datos.
Se intentó conocer el criterio de Wálter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ ), pero, Oficiales encontraron un dron tirado en el perímetro del centro penal La Reforma. tras una consulta por medio de la oficina de prensa, indicó que no se referirá al tema.
Búsqueda de soluciones. Bertozzi reconoció que este fenómeno aún no se da “en alto volumen”; sin embargo, eso no significa que la Policía esté de brazos cruzados. Ya se emitieron directrices y se ha expuesto a los diputados de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico la necesidad de adquirir tecnología.
En el primer sentido, detalló, los oficiales tienen la orden de que, en caso de ver un dron sobrevolando, deben intentar bajarlo, siempre que esto no implique un riesgo para su seguridad o integridad.
Dicha tarea les fue asignada a los policías que están en los fortines. “A ellos les corresponde aún más, porque son quienes hacen la seguridad del perímetro y dan la seguridad aérea”, explicó.
Bertozzi añadió que, inmediatamente, se debe hacer un patrullaje en las afueras del centro para encontrar al ope- rador del aparato.
“Yo entiendo que encontrar a quien maneja el dron es complicado, puesto que puede estar a unos 200 o 300 o muchísimos más metros de distancia. Nos enfrentamos a una treta de carácter tecnológico y debemos realizar esfuerzos para hacerle la contraparte”.
En forma paralela, les plantearon su inquietud a los legisladores de la citada comisión, para pedirles colaboración.
“Estamos investigando sobre la posibilidad de inhibir la señal para los drones (...) pero, sobre todo, estamos en el entendido de que los drones son una tecnología que puede ser usada a nuestro servicio. Tenemos un proyecto, cuyo propósito es utilizar los drones para mejorar los tiempos de patrullaje y de respuesta a los incidentes”, indicó Bertozzi.
En ese sentido, la Dirección General de Aviación Civil indicó que, efectivamente, hay sistemas de protección con los que se puede cortar la señal para que vuele el dron y este se desplome.
“Hay otros sistemas más avanzados que cortan la controladora de vuelo y toman control del equipo invasor para aterrizarlo en una zona segura”, señaló Aviación Civil.
Ingenio. El uso de drones se suma a una larga lista de estrategias utilizadas para meter drogas a las cárceles.
Más allá de lograr que visitantes o funcionarios del sistema penitenciario entren al penal con los estupefacientes, el crimen organizado ha echado mano hasta de animales.
En los últimos años, se ha visto que los policías capturan palomas, gatos y hasta reptiles “adiestrados” para este fin.
El caso más reciente ocurrió a principios de febrero, cuando los oficiales penitenciarios dieron con dos gatos que deambulaban con pequeños bultos atados a sus lomos dentro de la cárcel La Reforma, en Alajuela, y del penal Nelson Mandela, en San Carlos. Dichos salveques contenían droga y teléfonos celulares.