Protección sigue 15 años después
Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas (ACIB).
En aquel entonces, la vacuna era experimental, por lo que todas las participantes han seguido un control estricto en el que no solo se monitorean los posibles efectos secundarios, sino que también se les revisa su nivel de anticuerpos para determinar si la protección contra los distintos tipos de virus se mantiene.
De acuerdo con Rolando Herrero, coordinador de la Sección de Detección Temprana y Prevención del IARC y jefe de la Grupo de Investigación de Trabajo en la Iniciativa de Eliminación del Cáncer de Cérvix de la OMS, quien dirigió el PEG durante las primeras aplicaciones de la vacuna, los niveles de anticuerpos mostrados hasta el momento hacen suponer que no serán necesarios refuerzos y que la protección sería de por vida.
Costa Rica continúa los estudios para conocer cada vez mejor el papiloma y la vacuna. En este momento, nuestro país es una de las sedes principales de la investigación Escuddo (Estudio Comparativo de Una y Dos Dosis).
Esta investigación busca determinar si una sola dosis de la vacuna daría suficiente protección contra el virus, con lo cual no sería necesaria una segunda.
Este proyecto ya está en marcha y pretende medir la eficacia de una sola dosis en dos tipos de vacunas: la Cervarix (de la casa farmacéutica Glaxo SmithKline) y la Gardasil 9 (del laboratorio Merck).
Según explicó Herrero en una entrevista anterior, las dos vacunas tienen el mismo antígeno (la sustancia que provoca que el organismo humano genere anticuerpos contra el virus). Lo que varía es el adyuvante (sustancias que se le colocan en la vacuna para potenciar la respuesta del cuerpo).
La vacuna también ha mostrado ser eficaz en hombres, y varios sistemas de salud ya incluyen la inmunización de varones a los 9 o 10 años.