Cercanía entre áreas silvestres y urbanas propicia arribo de especies
››Su captura y respectiva liberación deben estar a cargo de las autoridades
Los vecinos de Tibás vivieron el domingo horas de preocupación y curiosidad, luego de que se confirmara la presencia de un puma que recorría el centro urbano del cantón, hasta quedar atrapado entre los patios de un área residencial.
El felino fue capturado con vida, tras un operativo que se centró en una cuadra situada al oeste del municipio tibaseño.
¿Cuán posible es que se presenten eventos como estos en los vecindarios de nuestro país, particularmente los que se encuentran en la Gran Área Metropolitana (GAM)?
“Es una posibilidad, ya que existe conexión a través de las tramas verdes, con las áreas silvestres protegidas. Estamos en un país tropical y nuestra biodiversidad es muy grande”, dijo Pablo Vásquez, encargado del Programa de Vida Silvestre de la oficina subregional de San José del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
“Recordemos que las zonas urbanas en Costa Rica cada vez están creciendo más, y esta cercanía con las áreas silvestres protegidas en un país tan diverso puede provocar alguna interacción”, recalcó.
El experto del Sinac recordó que Costa Rica cuenta con poblaciones relativamente grandes de animales silvestres que están radicadas en la ciudad y no conocen áreas naturales, por ejemplo, zorros pelones, mapaches, algunas especies de serpientes y la zorra gris, entre otros.
Estos animales son completamente urbanos y utilizan para vivir las áreas de protección de los ríos o la trama verde. Otra particularidad que tienen estas especies, es que generalmente son nocturnas, por lo que las personas no se enteran de que conviven con ellas hasta que se las encuentran.
“Estas poblaciones nacen, crecen, se reproducen y mueren en la ciudad. A la gente le cuesta comprender eso porque no los ven, pero sí existen entre nosotros”, expresó.
Su presencia, en parte, se puede explicar por el recurso que el ser humano les brinda, como la basura o el alimento para mascotas que los ciudadanos dejan en los patios. También existen casos en que los animales son alimentados directamente por la gente.
“Ese tipo de acciones incrementa la población de estos animales y ellos viven cómodamente así, incluso si la gente no los alimentara directamente, pues se sostienen gracias al mal manejo de los desechos de los seres humanos”, advirtió Vásquez.
Quienes lleguen a divisar un animal de este tipo, lo primero que deben hacer es conservar la calma, tomar precauciones como quedarse dentro de las casas y no mantener fuera a sus mascotas, particularmente si son perros.
“Todos los perros son diferentes, pero algunos pueden ladrar, hacer mucho ruido, incluso tratar de atacar al puma y eso eleva el riesgo de la situación”, indicó el experto de Sinac.
Luego, deben dar aviso a las autoridades para que se hagan cargo de la situación, y no tratar de capturar al animal.
Los animales que son propiamente urbanos están muy en contacto con la gente, las mascotas y las áreas que estas recorren. Entre los mapaches, por ejemplo, se han detectado especímenes que sufren distemper, una enfermedad canina, que probablemente contraen al entrar en contacto con las heces u orina de los perros.
“Se ha dado casos en los que animales trasladados de zonas urbanas a áreas naturales, por error o sin permiso del Sinac, tienen distemper”, alertó Vásquez. Esto ocasionaría que enfermedades de la ciudad se propaguen entre animales silvestres como venados o monos carablanca, los que pueden morir por estos males.