Trailero vive drama por falta de atención
Luis Zamora apenas puede caminar. Se apoya en un bastón mientras su esposa, Rosa Mora, le ayuda a sostenerse con la otra mano.
Hasta hace pocos meses, este puntarenense de 38 años, se montaba todos los días a un tráiler para cargar combustible y viajaba varias horas con su peligrosa carga por la carretera.
Su vida cambió sin mayor aviso. A principios de este año, un dolor agudo paralizó al corpulento trailero y lo mandó directo al hospital de Puntarenas.
Ahí conoció al neurocirujano venezolano Rafael Guzmán Tovar, uno de los 38 médicos extranjeros que llegaron a trabajar al país respondiendo al llamado que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Salud hicieron en el 2017, ante la crisis de especialistas en hospitales regionales.
Zamora coincidió con Guzmán en el servicio de Emergencias del Monseñor Sanabria. En ese lugar, el neurocirujano le dijo que su caso era muy grave y lo ayudó a gestionar pronto una tomografía de columna.
Pero ahora, este especialista ya no está en Puntarenas y, según su paciente, con su salida, él y muchos otros enfermos quedaron al garete.
El Colegio de Médicos no prolongó la autorización temporal que Guzmán y otros profesionales tenían para trabajar ahí como parte del grupo de especialistas convocados para paliar el faltante en esa provincia.
Zamora está casado con Rosa Mora y tiene dos hijos pequeños. Por su padecimiento, está incapacitado y recibe un ingreso mensual cercano a los ¢70.000.
“¿Y los pacientes? ¿Y nosotros? ¿Mi familia y yo? Las citas ahora están para el 2021”, dijo el señor.
“No tengo cita. No tengo médico. El 12 de febrero fui a hacerme el tac, y cuando llegué, la secretaria me dijo que tenía que esperarme tres meses para leerme el resultado y más para que me diagnostiquen qué tengo y qué van a hacer conmigo”, reclamó.