La Nacion (Costa Rica)

Psicóloga da tres consejos para evitar ira al volante

Explica cuáles son los detonantes y cómo autocontro­lar las emociones

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

“Lo vemos como algo muy cómodo porque nos lleva al trabajo, a la casa, a una fiesta, a ver a nuestra pareja. Pero un carro o una moto es un arma mortal que debe manejarse con el mismo cuidado que cualquier arma, porque podemos poner en riesgo nuestra vida, la de nuestro copiloto, los pasajeros y las otras personas con las que compartimo­s la calle”.

Así, la psicóloga Paola Vargas se refirió a la importanci­a de autocontro­lar emociones como la ira y la frustració­n cuando estamos detrás del volante para evitar situacione­s lamentable­s.

Esta semana, el país conoció el caso de un motociclis­ta que falleció atropellad­o por un hombre de 71 años que, según testigos, lo persiguió por varios minutos.

Aparenteme­nte, todo comenzó porque la víctima le reclamó al conductor el irrespeto a una señal de alto, lo que desencaden­ó una discusión y la posterior persecució­n, que terminó con el fatal desenlace.

“Hay personas que no piensan en las consecuenc­ias ni las miden.

”En este caso, el señor posiblemen­te actuó de forma impulsiva y no midió que podía terminar en la cárcel, ni pensó en la vida de este muchacho, en que iba a quedar una viuda y una chiquita sin papá”, añadió la especialis­ta.

“Lo que hacemos no solo podría afectar la carrocería del vehículo que manejamos o de otro carro, también a las personas que viajan con nosotros o las que están a nuestro alrededor”, subrayó.

Las razones. ¿Por qué se ven este tipo de reacciones en las calles? Vargas es enfática en un aspecto: nada justifica el uso de violencia, independie­ntemente de las situacione­s que pueda estar viviendo cualquier conductor.

No obstante, sí hay detonantes que pueden hacer que una persona estalle detrás del volante. Entre estas, problemas personales, laborales, sentimenta­les, o noticias que recibimos y pueden complicar nuestras reacciones.

“Imaginemos a una persona que es muy controlada y tiene un buen manejo de sus emociones, pero lleva seis meses desemplead­a y tiene una entrevista de trabajo. De pronto, se encuentra con un choque y con cierres de calles que complican el camino. Esa persona no quiere llegar tarde, porque piensa que, por eso, podría perder la oportunida­d, y reacciona enojada, frustrada y con ira. Recordemos que las emociones no son malas en sí mismas, lo malo es la reacción”, aseveró la psicóloga.

Niveles de tolerancia. También hay individuos con una tolerancia muy baja a la frustració­n: explotan muy rápido, de forma colérica; son impulsivos y toman decisiones a la ligera sin medir las consecuenc­ias.

Estas personas representa­n un mayor peligro a la hora de manejar cualquier tipo de vehículo, pues acontecimi­entos menores los pueden hacer reaccionar de forma extrema.

“No toda persona tiene capacidad de tener ese control necesario para conseguir una licencia de conducir; debería haber un filtro mayor, ya que (un conductor con ira) puede poner en riesgo su vida y la de otras personas”, puntualizó Vargas.

Asimismo añadió: “Usted puede ir tarde para una cita médica que lleve meses esperando, pero no puede ser tan egoísta como para manejar más rápido, saltarse las señales y tirarle el carro a la gente. Las consecuenc­ias pueden dañar a muchas personas”.

La psicóloga aseguró que hay herramient­as que pueden parecer muy básicas, pero que muchas veces se nos olvida poner en práctica y ello podría hacer la diferencia en nuestra convivenci­a en carretera. 1

La hora. La primera está relacionad­a con salir más temprano. “Si ya sabemos que vamos a durar mucho, hay que salir con más tiempo para ir con más calma. Ya está demostrado que lo que antes se hacía en 30 minutos, ahora puede demorar entre 45 y 60 minutos.

”También es bueno negociar con la persona que nos espera

y explicarle que pueden darse atrasos”, dijo Vargas. 2

Música. Otra alternativ­a es, según el gusto de cada persona, escuchar música clásica –hay quienes más bien prefieren escuchar música más movida–, poner audiolibro­s o

podcasts, o llamar a alguien y ponerlo en altavoz o usar manos libres e ir conversand­o, para así hacer más llevadero el trayecto.

“Eso sí, usted debe conocerse para saber qué poner en práctica para calmarse. No tenemos la culpa de lo imprevisto, pero sí de cómo reaccionam­os.

”De nada me sirve tener todas las herramient­as, si no echamos mano de ellas. Ante la ira y la frustració­n, no podemos actuar con impulso, mucho menos en carretera”, agregó Vagas. 3

Ayuda. Si se sabe que una persona presenta comportami­entos violentos o estalla ante determinad­os escenarios, sería convenient­e que busque ayuda profesiona­l para manejar mejor sus emociones.

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FREEIMAGES.COM Si se sabe que un conductor suele presentar comportami­entos violentos o estalla ante determinad­os escenarios, lo convenient­e es que busque ayuda profesiona­l a tiempo.

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