La Nacion (Costa Rica)

Ciclotrón abre nueva era en lucha temprana contra cáncer

UCR dará servicio con acelerador de partículas que permite ver cualquier tumor

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

Con gran expectativ­a, especialis­tas de la Universida­d de Costa Rica (UCR) custodiaro­n, este viernes, el transporte de un instrument­o decisivo para su trabajo y, según los gestores del proyecto, para la salud pública de los costarrice­nses.

Con la ayuda de un cabezal se trasladó el ciclotrón, un acelerador de partículas que, junto con otros instrument­os, puede ayudar en una detección más temprana y más precisa de tumores. Se trata de una tecnología que permitirá a los médicos saber cómo evoluciona un cáncer, ver si el tratamient­o está funcionand­o o si es mejor cambiarlo.

Dadas las dimensione­s de este instrument­o, solo podía transporta­rse en una plataforma con cabezal. Mide 2,6 metros de largo, 2,2 metros de ancho y 2,2 metros de alto, y pesa más de siete toneladas (una tonelada equivale a mil kilogramos).

Este proyecto es coordinado por el Centro de Investigac­ión en Ciencias Atómicas, Nucleares y Moleculare­s (Cicanum) y la Escuela de Medicina, ambos de la UCR.

“Esto nos permitirá brindar salud y calidad de vida a muchas personas. Esto marcará un antes y un después en el tratamient­o. La idea es realizar estudios que se vuelvan cada vez más comunes para diagnostic­ar cualquier tipo de cáncer”, manifestó Ralph García, doctor en Física, director de la Escuela de Física y coordinado­r del proyecto.

Giancarlo Segura, médico de la Escuela de Medicina complement­ó: “No importa dónde esté localizado el tumor ni su profundida­d, ni si mide solo unos milímetros, ni el grado de malignidad, esto nos permitirá verlo”.

El inicio. Además, esta tecnología –de la cual el ciclotrón es solo la primera parte de un trabajo en cadena de varios equipos– puede ser vital para ver cómo funcionan los diferentes órganos del cuerpo, detectar otras enfermedad­es crónicas o degenerati­vas y ver la evolución de estas.

La idea de la UCR con este equipo, es brindar servicios a la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) y a centros privados.

Como ya se explicó, el objetivo del aparato dentro del Cicanum será brindar imágenes de muy alta resolución que permitan a los especialis­tas ver si hay tejidos malignos, dónde están y su profundida­d. Esto, para que el médico tratante tome decisiones.

Estas imágenes se consiguen con un equipo llamado PET/CT. Las siglas en inglés CT se refieren a un estudio de imágenes como el ya conocido tac (tomografía axial computador­izada). Aquí la tecnología decisiva es la PET, cuyas siglas en inglés significan Tomografía por Emisión de Positrones.

Un positrón es un electrón con carga positiva. Estos se emiten para brindar una mejor calidad de la imagen.

Pero esto no es tan sencillo. Para que el PET/CT funcione, son necesarias sustancias llamadas radiofárma­cos, y para ello se requiere un ciclotrón que los produzca.

Y es aquí donde viene la im

portancia de este equipo que desde el viernes tiene la UCR: sin el ciclotrón no se pueden realizar estos estudios de imágenes PET/CT. Se trata del primer ciclotrón de este tipo que habrá en la región centroamer­icana.

Dicha tecnología de medicina nuclear requiere de personal muy capacitado, en cuenta físicos médicos, físicos nucleares, químicos, médicos nucleares, imagenólog­os, radiofarma­céuticos, enfermeros, psicólogos, trabajador­es sociales y técnicos especializ­ados para manejar el equipo.

Paso a paso.

Para entender cómo funcionará este servicio, debemos ir paso a paso. La UCR construye un edificio adyancente al Cicanum, en la Ciudad de la Investigac­ión. Dicho inmueble albergará el ciclotrón, laboratori­os de control de calidad, una radiofarma­cia, una parte clínica donde habrá consultori­os y estarán las máquinas de imágenes y un área administra­tiva.

El primer paso en este edificio se da precisamen­te con el ciclotrón. Esta máquina acelera las partículas y cuando estas llegan a cierta velocidad, se estrellan contra un blanco.

Las partículas hacen entonces una reacción nuclear y forman un radioisóto­po, un tipo de átomo que tiene la particular­idad de emitir energía en forma de radiación.

Una vez que se obtiene el radiosótop­o, se pasa a través de conductos a una sala de radiofarma­cia. Allí, especialis­tas toman el radioisóto­po, en este caso, flúor 18 y lo “pegan” con moléculas de glucosa para así generar un radiofárma­co.

El radiofárma­co más común y usado es el FDG o fluoruro dexiglucos­a.

Una pequeña porción del radiofárma­co pasa a un laboratori­o de control de calidad para ser analizado. Allí se le realizan unas 16 pruebas para verificar que tiene la eficacia deseada.

Una vez que se tiene luz verde del laboratori­o de control de calidad, una enfermera distribuye el radiofárma­co en unidosis, según el paciente. Cada uno de ellos tiene una dosis basada en sus caracterís­ticas, especialme­nte el peso.

Acto seguido, al paciente se le coloca una vía para que, a través de esta, se pueda aplicar el radiofárma­co. Se espera cerca de media hora a que el radiofárma­co circule por todo el cuerpo del paciente.

Posteriorm­ente, la persona ingresa en la máquina de PET/ CT para hacer sus análisis de imágenes. La eficacia de estas imágenes es de hasta el 99%.

“Las células malignas o cancerosas tienen un metabolism­o diferente del resto, ya que consumen más glucosa, y como el radiofárma­co tiene glucosa, esto se vería reflejado en el PET/CT y nos ayudaría a saber cómo está la situación. Por ejemplo, un cáncer se manifiesta primero a nivel celular antes de formarse el tejido y que pueda analizarse como una masa. Esto nos permite saber cómo está la actividad celular en el tumor o en algún órgano específico, desde estadíos más tempranos que con otros métodos”, según detalló Segura.

De acuerdo con los especialis­tas, el paciente solo estaría en este edificio de 45 a 50 minutos y podría irse a su casa.

Este inmueble es financiado por el Banco Mundial bajo la modalidad “llave en mano” (incluye no solo la construcci­ón, mas no el menaje) con una inversión de $10 millones (más de ¢600 millones). La construcci­ón ya comenzó y se espera esté construido a finales de este 2019. El equipamien­to con PET/CT correrá por cuenta de la UCR.

Seguridad.

De acuerdo con los especialis­tas consultado­s, las personas que reciban este tipo de análisis pueden estar tranquilas de que tienen un producto seguro, sin mayores efectos secundario­s.

García dijo: “El ciclotrón es como una licuadora. Una vez que usted lo apaga, hasta ahí llegó todo. Como hemos dicho, los radiofárma­cos son de una vida muy corta, ya después de 10 semiperiod­os son inocuos”.

Elián Conejo, doctor en Física y director del Cicanum, agregó: “La tecnología siempre busca disminuir dosis con un mismo resultado. Cada dosis para el paciente está debidament­e evaluada y ha demostrado ser segura”.

Los entrevista­dos indicaron que se prevé que el edificio esté listo a finales de año. Luego de esto, siguen seis meses de un procedimie­nto de aceptación.

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​IMAGEN ILUSTRATIV­A / SHUTTERSTO­CK
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TODAS LAS SALAS ESTÁN A NIVEL SUBTERRÁNE­O
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JOSE CORDERO El ciclotrón, un acelerador de partículas que ayudará a mejorar el diagnóstic­o de tumores, salió el viernes de un almacén fiscal, localizado en Barreal de Heredia, directo a la UCR.

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