Falta de agua causa brote de diarrea en escuelas
Pierden lecciones Varios centros reportan alumnos enfermos y docentes incapacitados
Afectación en barrios Clínicas confirman personas con el mal en zonas donde no hay líquido ‘Estado de emergencia’ AyA declara alerta y llama a habitantes a ahorrar 5 litros diarios
En la escuela de Vargas Araya, en Montes de Oca, este martes, siete niños tuvieron que regresar a sus casas a media jornada.
La historia ha sido similar en los últimos 22 días y la razón, en todos los casos, es la misma: diarrea y vómito.
Incluso, docentes han tenido que incapacitarse por esa misma causa.
Ese centro educativo es uno de los que se ha visto afectado por la falta de agua que sufren más de 330.000 personas en el área metropolitana debido a la sequía ocasionada por el fenómeno El Niño y que, a pesar del aguacero que cayó la tarde de este martes, no se vislumbra que la situación mejore en las próximas semanas.
Angie Cubillo, funcionaria administrativa de esa escuela, contó que los problemas empezaron cuando se intensificaron los cortes de agua. “Aquí, el agua se va desde las 10 a. m. y no vuelve en todo el día, los chiquitos están en media clase vomitando y hay que estar llamando a los papás para que vengan a recogerlos”, detalló.
La situación se repite en otras escuelas del área metropolitana, confirmó el director de la Región Central Sur del Ministerio de Salud, Guillermo Flores Galindo.
“Hemos tenido varios brotes de diarreas en diferentes escuelas, ante eso se hace una vigilancia epidemiológica para ver qué ha pasado y lo que comprobamos es que es por la falta de agua, porque los muchachos no están usando todas las medidas higiénicas y eso da problemas de infecciones gastrointestinales”, explicó el médico.
Además de la escuela de Vargas Araya, esta semana, Salud también registró otro brote de diarrea en la Escuela Santa Marta, en San Francisco de Dos Ríos, y sigue de cerca la situación en la escuela de León XIII, Tibás, donde también enfrentan grave escasez de agua.
Pero el problema no se queda solo en los centros educativos. Cristina Vásquez Evangelisti, directora de la Clínica Carlos Durán, en barrio Córdoba, confirmó que aunque no se han identificado brotes, encontraron que las personas que han acudido con cuadros de diarrea confirman no tener agua en sus casas.
Crítico. Como un “estado de emergencia”: así califica la situación el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA)
El gerente de esa entidad, Manuel Salas, comparó esta crisis con las que debieron resolver cuando se atendieron catástrofes como el huracán Otto (noviembre del 2016) o la tormenta Nate (octubre del 2017), en las que la infraestructura de la institución se vio gravemente dañada.
“Es una crisis que está afectando de México a Colombia y en Costa Rica está afectando prácticamente todo el territorio. De hecho, en zonas como el Caribe, que normalmente han tenido mucha agua, tenemos reducciones de hasta el 50%”, manifestó.
Salas dijo que trabajan en un plan para racionalizar el consumo y oferta de agua, que ha disminuido en 1.200 litros por segundo.
Entre las medidas está perforar pozos en al menos seis puntos donde se identificó que hay líquido, así como interconectar y habilitar pozos y otras fuentes superficiales.
También se “extremó” la atención de fugas para repararlas de forma inmediata y se mejorará la medición del consumo de cada hogar, con la revisión de los dispositivos que lo cuantifican. “Si hay un hidrómetro que no funciona bien, la gente no tiene conciencia del consumo y gasta todo lo que puede”, lamentó.
Añadió que realizarán una campaña llamada “5 litros” en la que instarán a cada persona a que ahorre cinco litros al día.
Esto se podría lograr con cambios sencillos, como durar dos minutos menos en la
ducha o regar las plantas con regadera y no con manguera, y representaría un ahorro general de hasta un 10%.
Indicó que hay cerca de un millón de personas que no tienen problemas de agua, pero al estar todo el sistema interconectado, acciones como regar el zacate o las calles para evitar el polvo, hacen que otras sufran el faltante por horas o días. CGR compró agua. El problema incluso toca a grandes instituciones públicas, como la Contraloría General de la República (CGR) y el Ministerio de Cultura y Juventud.
Manuel Martínez, gerente de la División de Gestión y Apoyo de la Contraloría, narró que ahí enfrentan problemas desde hace más de un mes e incluso la semana pasada debieron comprar 21.000 litros en un camión cisterna para lidiar con el faltante, pues el agua no llegó en dos días y no se pudo llenar el tanque de almacenamiento.
En el caso del Ministerio de Cultura, con sede en el Centro Nacional de la Cultura, aseguraron que la situación es “grave” y han experimentado suspensiones del servicio que van desde las 8 a. m. a 10 p. m.
Entre los planes de contingencia, esta entidad suspendió el lavado de vehículos institucionales y riego de jardines, además distribuyeron alcohol en gel entre el personal, para el aseo de manos.
También pidieron a los trabajadores llevar agua para su consumo.
¿Qué se hace?. El doctor Guillermo Flores, del Ministerio de Salud, informó de que a todos los directores de escuelas, colegios e instituciones se les pidió tener un plan de contingencia a fin de evitar la propagación de enfermedades infectocontagiosas, como brotes de diarrea y vómito, originados principalmente por el inadecuado lavado de manos y la mala manipulación de alimentos.
Esos planes consisten básicamente en el uso de tanques de almacenamiento.
En caso de quedarse sin esa reserva, la instrucción es que se pongan en contacto con el AyA para que se les dote de agua potable por medio de un camión cisterna.
Cómo evitar enfermedades. Las autoridades insisten en que los ciudadanos deben lavarse bien las manos usando agua y jabón siempre.
Además, que mantengan limpios utensilios de cocina, frutas y vegetales.
En caso de dudas sobre el agua almacenada por mucho tiempo o en condiciones inadecuadas, es mejor hervirla antes de consumirla.
Si usa hielo, no lo sirva con las manos.
En caso de síntomas de diarrea o vómito, se recomienda no enviar a los niños a la escuela o no acudir a los lugares de trabajo.