Cazahuracanes abren sus puertas en el país
Dos aviones de EE. UU. aterrizaron en el Santamaría para mostrar su tecnología
Estos dos aviones logran entrar directamente al ojo de un huracán para medir la velocidad del viento, la presión atmosférica, la humedad y la temperatura, datos que también se usan para proyectar la trayectoria y el área donde impactará el fenómeno.
Los modernos cazahuracanes estadounidenses, como se les conoce al Hércules WC130J y al Lockheed P3, tocaron tierra ayer en Costa Rica como parte de un recorrido que iniciaron en Veracruz y Cozumel, en México, y que continuará por Curazao y Puerto Rico para mostrar su tecnología y promover la cultura de prevención ante la temporada de huracanes que va del 1.° de junio al 30 de noviembre.
Los “peleadores” del aire aterrizaron en el aeropuerto Juan Santamaría y allí abrieron sus puertas a estudiantes de escuela y colegio de Alajuela para mostrar todo su equipo. También, subió el mandatario Carlos Alvarado, el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, Álex Solís y el director del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), Juan Carlos Fallas.
El Lockheed P3, conocido como La rana René, fue fabricado en 1975, pero ha sido actualizado y cuenta con tecnología de punta pues lleva tres radares y durante sus misiones la tripulación la componen de 8 a 21 personas, entre ellas dos pilotos, un ingeniero de vuelo, un navegador (meteorólogo) y hasta 12 científicos.
La nave tiene posibilidad de lanzar sondas al centro del huracán para luego leer los datos que envía ese dispositivo. La Administración Nacional Atmosférica y Oceánica de Estados Unidos (NOAA) es la que opera este aparato, de los cuales solo hay dos.
En tanto, el Hércules, que con solo su nombre indica tamaño, es más grande (mide 40 metros de largo) y realmente cumple el mismo tipo de misión, solo que lo opera el Escuadrón de Reconocimiento Climático de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Juan Carlos Fallas, director del IMN, explicó que abrir las puertas del “cazahuracanes” “crea conciencia sobre la importancia de la educación a las poblaciones más vulnerables a los ciclones tropicales”.