Joven invita a escolares a diversificar su alimentación
›› Estudiante busca ayuda para crear ‘app’ que facilite acceso al programa Decidido a que más niños costarricenses conozcan la gran diversidad de vegetales y frutas que existen en el planeta y puedan introducirlos sin temor en su alimentación, el joven Salomón Sayago Mejía decidió darle mayor impulso a un proyecto que él emprendió hace dos años en la institución donde estudiaba. Su idea es llevarlo a otros centros educativos.
La iniciativa de este muchacho, denominada Punto de Encuentro, dio sus primeros pasos en el Colegio Lincoln con la idea de que estudiantes de secundaria motivaran, mediante clases semanales, a los más pequeños de la institución a comer variado, rescatar recetas de los abuelos y sembrar plantas para promover la variedad de semillas.
Satisfecho con los resultados obtenidos, Sayago ha podido replicar con éxito el modelo en otras instituciones, como la Escuela Interamericana CATIE y el Blue Valley.
“A nosotros nos fue muy bien. Dimos dos clases de primer grado (dos personas por clase). Fue una experiencia increíble porque a los escolares les encantaba aprender. Incluso, al concluir una actividad que involucraba la alimentación en sus casas, los padres de los niños nos agradecieron por enseñarles a sus hijos a alimentarse mejor y mostrarles a los adultos nuevas frutas y vegetales que no conocían”, comentó Irina Kaminsky, una de las estudiantes que puso a prueba el proyecto de Sayago en el Blue Valley.
En el CATIE los resultados fueron similares. “Nuestra experiencia al trabajar con Salomón, y los módulos sobre agrobiodiversidad y la sana alimentación en los niños y jóvenes, fue muy enriquecedora, tanto para la institución educativa como para los alumnos y las familias de los estudiantes participantes.
”Fue bueno ver a estudiantes empoderados dando charlas y proporcionándoles información muy valiosa a compañeros de niveles inferiores”, mencionó Maricela Mora, coordinadora de preescolar.
Durante los tres años del plan piloto en estas tres instituciones, se han visto beneficiados 200 niños, 30 jóvenes directos, más de 500 jóvenes indirectos, sus familias y profesores, comentó Sayago.
Ahora, el objetivo de este joven es encontrar personas interesadas en ayudarle a desarrollar una plataforma tecnológica que permita llevar este curso a más centros educativos dentro y fuera del país. Así, quienes deseen utilizar el módulo podrían desarrollarlo y acceder a la información con mayor facilidad.
Su intención también es hallar socios (empresas o personas interesadas) que aporten nuevas ideas a su proyecto. Entre quienes podrían contribuir se encuentra el Colegio Lincoln, de donde Sayago es egresado.
“Como lo hacemos con otros alumnos, daremos apoyo logístico y de estructura del producto final que se implementará en otros colegios. Se evalúa darle apoyo con el Departamento de Tecnología para respaldarlo en el desarrollo de una aplicación”, explicó a La Nación Robert Rinaldo, director general de este centro.
Sayago, quien actualmente cursa en la Queensland University de Australia las carreras de Agronegocios y Agricultura Sostenible, está convencido de que la agrodiversidad es una vía efectiva para solucionar la crisis agroalimentaria en la que se encuentra el mundo.
“Los seres humanos necesitan nutrirse para realizar sus funciones humanas. La agrobiodiversidad es la base de nuestra alimentación y se ha visto disminuida en una proporción alarmante en los últimos 100 años, al punto de que hoy la mitad de nuestras calorías dependen solo de cuatro tipos de alimentos: papa, trigo, maíz y arroz. El 70% de nuestra alimentación proviene tan solo de 12 especies vegetales”, reflexionó.
¿En qué consiste el programa que diseñó este joven? Básicamente, durante el curso se abordan cuatro temas medulares: el agro, la nutrición, las semillas y las huertas.
Así, durante los meses en que se lleva a cabo este plan, los escolares aprenden sobre distintos productos que se cultivan en el campo, la riqueza nutricional que estos tienen, las muchas recetas que pueden prepararse con ellos y, luego, se les invita a experimentar con la siembra de frutas y verduras.
El curso suele culminar con una feria.
Junto al módulo educativo, Salomón promueve la agrodiversidad a través de su página web www.fundacionsalomon. org, su muro de Facebook y la aplicación Fundación Salomón, disponible para iOS y Android.