Un sí definitivo al Teatro Nacional
Los argumentos para bloquear financiamiento carecen de fundamento.
Es hora de que, sin más dilaciones o excusas, los diputados den luz verde al préstamo por $31 millones otorgado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para la restauración y modernización integral de nuestro Teatro Nacional. Aunque, por su carácter puntual, el plan no está incluido en el acuerdo multipartidario suscrito por varias fracciones el 30 de abril, las razones para aprobarlo son abundantes y sólidas, y los argumentos para frenarlo o desarmarlo, escasas y débiles. Además, ya fue dictaminado positivamente por la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología. Por esto, el plenario debería aprobarlo sin demora.
El crédito otorgado por el BCIE, en condiciones muy favorables, no responde a una ocurrencia, sino a un programa integral de restauración, protección y modernización del más emblématico inmueble de nuestro país, el cual, además, tiene un activo papel en el impulso de la cultura. En su diseño y propuesta, trabajaron durante más de un año expertos en diferentes ámbitos, pasó múltiples revisiones y, también, cuenta con un plan financiero robusto para hacer frente a los desembolsos.
El objetivo no es solo instalar un sistema contra incendios para evitar desenlaces tan lamentables como los que afectaron recientemente al Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro, o la catedral de Notre-Dame, en París. También es indispensable, y lo incluye el proyecto, restaurar múltiples elementos deteriorados por el paso del tiempo y la falta de oportuna atención; renovar la tramoya, pero sin eliminar la actual, que tiene indudable valor histórico, pero resulta disfuncional; instalar una concha acústica; trasladar y ampliar el espacio de bodega, mediante la construcción de un nuevo edificio que se conectaría bajo la calle 3 e instalar allí oficinas administrativas y una nueva Sala Vargas Calvo.
Tras el dictamen afirmativo, algunos diputados y otros opositores han insistido, contra toda lógica, en cercenar el proyecto y aprobar fondos solo para algunas partes. Su principal excusa, que no han demostrado de forma alguna, es que el costo es excesivo, o que contiene elementos innecesarios. No han comprendido, o se han negado a hacerlo, que la clave es la integralidad y que no está abierto a las ocurrencias subjetivas.
Como si todo lo anterior no fuera suficiente, el gerente para Costa Rica del BCIE, Mauricio Chacón, decidió salir a la luz pública para aclarar que no es posible aprobar solo una parte del crédito, sino su totalidad. La razón es obvia, y la puso de manifiesto en nuestra edición del 29 de abril: el banco aprobó un proyecto específico e integral presentado por la dirección del Teatro, ni más ni menos. Por ello, cualquier modificación implicaría gestionar un nuevo crédito y someter la solicitud a un complejo proceso de análisis y autorizaciones que ya cumplió la anterior. Es decir, estaríamos obligados a empezar de cero, sin certeza alguna de tener éxito, y con la posibilidad de que, incluso si dentro de algunos años se diera el visto bueno a otro proyecto, este pudiera ser nuevamente presa de los caprichos o prejuicios de ciertos diputados o personas apegadas a nociones arcaicas sobre conservación.
La coyuntura está clara: estamos ante una oportunidad única e irrepetible en un largo tiempo para que los costarricenses podamos, al fin, dotar al Teatro Nacional de condiciones óptimas para su preservación y para el disfrute de las actuales y nuevas generaciones. No aprovecharla y descarrilar el préstamo con argumentos sin sustento, sería absolutamente miope e implicaría asumir la responsabilidad de mantener ese símbolo nacional en constante riesgo de incendio.
De ahí nuestro llamado a los diputados para que, lo antes posible, aprueben el crédito y permitan que un proyecto amplio, cuidadoso y necesario pueda al fin ponerse en marcha.
Los argumentos para bloquear el financiamiento de su renovación carecen de sustento
Ha quedado claro que, si el crédito del BCIE no se aprueba integralmente, volveremos a cero