San Carlos logra la embestida ante el Herediano
Consigue la hazaña cuando parecía tener la semifinal perdida, obligado a un 4 a 1 y con un hombre menos
Las noches mágicas y las remontadas épicas no se ven únicamente en la Champions League, San Carlos escribió una de esas historias memorables y que será recordada como una verdadera hazaña, luego de un 4 a 1 inesperado y ante el campeón, Herediano.
Los norteños emularon la gran proeza del Liverpool ante el Barcelona o la del Tottenham ante el Ajax de esta semana, dos series que vivieron momentos de infarto al ver como se levantaron quienes parecían muertos.
Sin duda alguna que los Toros del Norte se inspiraron en lo que pasó en el mejor torneo de clubes del mundo, así lo reconoció el propio cuerpo técnico y los jugadores. Creer y no dejar de creer hasta el último suspiro fue la gran consigna de estos tres equipos y al final todo valió la pena para ellos.
El técnico Luis Marín afirmó tras el 2 a 0 de la ida que quien no tuviera fe, mejor no llegara al Carlos Ugalde a la vuelta. Sus palabras calaron profundo, el camerino lo respaldó, la afición local llenó el estadio y ocurrió uno de esos eventos que obligan a derramar lágrimas a todos aquellos que defienden el escudo de los Toros.
Los sancarleños consiguieron los tres goles de diferencia que tanto necesitaban y están instalados en la final de la segunda vuelta del Clausura 2019. Eso sí, necesitaron de dramatismo y mucho sufrimiento hasta el pitazo que bajó el telón.
Más allá de que gozaron de un inicio perfecto, con gol en el minuto 8 de su gran referente, Álvaro Saborío, la tarea parecía aún imposible luego de la anotación de José Guillermo Ortiz en el 23’.
Este dardo de los florenses obligaba a conseguir tres goles más para San Carlos. Las esperazas cayeron hasta lo más bajo. Sin embargo, en el 25’ Rachid Chirino puso a todos a soñar nuevamente con el 2 a 1.
En el complemento el Team buscó enfriar todo y evitar que le pasaran por encima al replegarse y resguardar aún más la zona baja.
Los de casa entraron en momentos de apremio y confusión. El tiempo corría y no llegaba ese dardo que los pusiera más cerca de tocar la gloria.
No obstante, en el 63’ los dioses del fútbol les dieron una mano a los norteños, luego del autogol de Luis Díaz, a quien le pegó un balón que parecía inofensivo, tras el tiro de esquina de Roberto Córdoba.
Más tensión, más nervios y una locura incontrolable. Como si se necesitara algo adicional, Córdoba vio la roja en el 69’ y los de casa parecían destinados a caer.
Al menos eso se podía pensar ante tanta adversidad, pero nada más equivocado en esta historia mágica para los norteños y sus seguidores.
Como en toda buena película, hay héroes inesperados que dan un giro dramático y los Toros lo tuvieron. Pedro Leal, un lateral acostumbrado a defender emergió como el gran salvador y líder de la gesta.
Leal recibió un servicio de Juan Vicente Solís en el 83’ y definió con remate cruzado. Locura, éxtasis, llanto y felicidad extrema.