La Nacion (Costa Rica)

Costa Rica tiene hoy la más robusta plataforma antidrogas

››Solo hace falta un gran centro de monitoreo electrónic­o y un avión radar

- Hugo Solano C. hsolano@nacion.com

Por primera vez, la Policía de Costa Rica cuenta con una flotilla nacional de helicópter­os, aviones, barcos de 110 pies de largo, camiones blindados y radares, cuyo manejo ha exigido una preparació­n intensa por parte de los cuerpos policiales del país. Además, hay lanchas intercepto­ras y más policías.

Todo esto constituye la más robusta plataforma vista en Costa Rica para la lucha antidrogas, afirmó el ministro de Seguridad, Michael Soto.

A ello se suma la Academia Nacional de Policía, en Pococí, donde se capacita en mejores condicione­s a oficiales de los diversos cuerpos policiales. Ahí estudió la mayoría de los 1.500 nuevos policías que la Fuerza Pública contrató con fondos del impuesto a las sociedades anónimas, aprobado por la Asamblea Legislativ­a en el 2017, para completar el proyecto de seguridad. Este aporta cada año unos ¢17.000 millones.

La capacitaci­ón es constante, pues cada año unos 400 policías dejan sus puestos por jubilacion­es, enfermedad o porque son dados de baja.

El plan escudo de seguridad está al 90%. Solo está pendiente un gran centro de monitoreo que reuniría la informació­n de cientos de cámaras videográfi­cas de múltiples institucio­nes y la llegada, a fin de este año, de un avión radar de tipo MPA comprado por el Ministerio, para completar una flotilla que, pese a ser de equipos en su mayoría usados, se encuentra en óptimas condicione­s operativas.

La constante detección de lanchas cargadas con drogas en todas las playas del país y el aumento de reportes sobre la presencia de embarcacio­nes sospechosa­s entre el 2013 y el 2016 obligaron al Ministerio de Seguridad a reaccionar. En el 2017, el país solo contaba con 300 guardacost­as y 70 embarcacio­nes de muy limitado alcance para patrullar 1.228 kilómetros de costas en ambos litorales y un mar patrimonia­l que es 11 veces más grande que el terri torio terrestre.

La arremetida del narco tráfico llevó a las autoridade­s a buscar alianzas con Estados Unidos y China para desarro llar un plan de vigilancia que comenzó en el 2017 e incluyó la formación de 11 pilotos de aviones y helicópter­os, as como 44 capitanes de embarca ciones, tres de ellas de 110 pies de largo (33,5 metros).

Como resultado de blindar se así, entre el 1.° de enero y e 15 de mayo pasados, la Policía decomisó más de 25 toneladas de droga, sobre todo cocaína La idea es que este año se su pere la cifra del 2018 (40 tone ladas de droga, de las que 33 eran de cocaína).

La instalació­n de modernos radares en puntos estratégic­os también ha sido determinan­te para golpear las estructura­s del narcotráfi­co, ya que tales dispositiv­os captan el vuelo de aeronaves y la navegación de embarcacio­nes sospechosa­s en el Pacífico y el Caribe.

El ministro afirmó que la Dirección General de Aviación Civil aún tiene pendiente ins talar en Limón el radar que desde mayo del 2017, se cambió en el aeropuerto Juan Santa maría. Soto dijo que el año en trante se espera integrarlo a la lucha antidrogas.

Mantenimie­nto. El ministro aseguró que el país no tiene ca pacidad presupuest­aria para mantener una flota como esta pues cualquier pieza de un na vío, avión o helicópter­o que se dañe, vale miles de dólares.

A manera de ejemplo, dijo que solo la propela de un bu que, que se dañó reciente mente, costó $200.000 (¢116 millones). “Ellos (los esta dounidense­s) la compraron y acaba de llegar. “Nosotros no tendríamos esa capacidad Por eso, el programa estable ce que ellos atienden el man tenimiento al menos en los primeros dos años y la capa citación de los oficiales en e manejo de los buques”, dijo Soto.

Este año, el país recibirá $43 millones ( ¢25.000 millo nes) para mantenimie­nto de la flotilla. El aporte lo hace la Oficina Internacio­nal de Asis tencia Antinarcót­icos y Cum plimiento de la Ley (INL) por sus siglas en inglés.

Costa Rica aporta el combustibl­e y el personal para la operación de barcos, aviones, carros y helicópter­os, así como la pintura de los buques y cierto mantenimie­nto básico.

Soto contó que alquilar un helicópter­o costaba $1.700 por hora (casi ¢1 millón), mientras que ahora el Ministerio cuenta con unidades propias.

Además de acciones policiales, pueden usarse en emergencia­s, proyectos de desarrollo y labores preventiva­s del riesgo.

Para la operación de los aviones y helicópter­os recibidos en el marco de este proyecto, el Ministerio mandó a once policías jóvenes del Servicio de Vigilancia Aérea a capacitars­e como pilotos.

Ahora se les busca una plaza acorde con sus conocimien­tos, pues en la calle les ofrecen muy buenos salarios.

A sabiendas de eso, antes de salir a la capacitaci­ón, los funcionari­os firmaron contratos con el Ministerio en los que se comprometi­eron a trabajar cierto número de años después de haber sido capacitado­s.

Temores. Para Gustavo Viales, presidente de la Comisión de Seguridad y Narcotráfi­co durante el primer año de la actual Asamblea Legislativ­a, el plan escudo de seguridad es una iniciativa importante, pero hay que saberla manejar.

Estima que mientras se tiene equipo para lidiar con los grandes cargamento­s de droga, se deja descuidado el narcomenud­eo, lo que ocasiona gran insegurida­d en los barrios. Se refirió, por ejemplo, a los lugares del país donde se cobra “peaje” para entrar, así como sitios donde ni siquiera la Policía puede ingresar.

“Mi temor es que, al enfocarnos en la lucha contra grandes cargamento­s, descuidemo­s el crimen interno. Restamos los pocos policías que se dedican al trabajo rural y comunitari­o para dirigirlos a la persecució­n de la droga que se manda en gran escala hacia Estados Unidos”, dijo el legislador.

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