La Nacion (Costa Rica)

Agradecimi­ento

- José Rugama Hernández San José Santo Domingo de Heredia Mario Valverde Montoya San Rafael de Montes de Oca Tres Ríos

Agradezco al personal médico, técnico, logístico y administra­tivo de Urología del Hospital México por la excelencia en la prostatect­omía radical que me fue practicada el 23 de marzo. La recuperaci­ón también va bien.

Extiendo mi agradecimi­ento a todo el Seguro Social, por la atención, el diagnóstic­o, el tratamient­o, la coordinaci­ón y la comunicaci­ón desde el primer nivel. A pesar de las críticas que recibe la seguridad social del país, los costarrice­nses contamos con uno de los mejores sistemas públicos de salud de toda Latinoamér­ica.

Nuestra historia patria yace enraizada en la fértil tierra que vio nacer a muchas generacion­es al abrigo de la agricultur­a. Los trabajador­es de la tierra, quienes día tras día, bajo condicione­s climáticas diversas y largas jornadas persistent­emente han procurado los alimentos esenciales para la población,viven tiempos convulsos.

El agro está siendo afectado por ineficient­es prácticas de cultivo y reticentes políticas gubernamen­tales que impiden la evolución técnica y el aumento del área disponible para labranza. De seguir por esta ruta, pronto pasaremos de ser un país de agricultor­es que satisfacen en gran medida el consumo interno y la exportació­n, a ser agrodepend­ientes. Egidio Vargas Durán

Me extraña que un liberal como el expresiden­te Miguel Ángel Rodríguez esté de acuerdo en que el Estado les quite la oportunida­d a quienes ahorraron con su esfuerzo para el ROP decidir qué hacer con el dinero.

El diputado Eduardo Cruickshan­k, al cual no conozco, tiene razón. No es un asunto de buenas intencione­s; es un derecho a la libertad de tomar dos caminos: retirar todo o pedir que se divida en pagos mensuales. Al final, los ahorrantes sabrán qué hacer con su ROP. Si tuvieron la disciplina para ahorrar, también tienen el derecho de organizar sus gastos. El Estado no puede dominarlo todo. A mí me lo devolviero­n todo, debo aclarar.

Nací en el bello pueblo de Santo Domingo de Heredia, pero por dos motivos decidí construir mi nido en Tres Río de La Unión: trabajo y la belle za de La Carpintera.

Mi nido lo construí con un corredor que ve hacia la reser va forestal de La Carpintera una bella montaña hacia e sur, vista que soñaba disfru tar, después del trabajo, con un café. Esos sueños se han ido cayendo por construcci­o nes que taparon la vista y po la contaminac­ión sónica pro ducida por los vecinos.

Pero lo más doloroso es ob servar cómo La Carpintera va perdiendo su piel verde, tanto hacia el este por San Vicente como al oeste por San Diego y hacia el centro, donde hac un tiempo iban a construir un hotel.

Estos sitios se observan como una desordenad­a inva sión de construcci­ones de la cuales de seguro la mayoría no tiene permiso. Hace un tiempo, un grupo de ciudada nos de Tres Ríos intentó con vertir este sitio en un parque nacional, pero sus esfuerzo cayeron por la fuerza de otro intereses. ¿Qué está haciendo la Municipali­dad de La Unión para intervenir y detener la inminente muerte de la bella Carpintera?

Freddy Ulate Mora

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