CCSS intenta bajar tiempos de espera con maratón de cirugías
Reasigna casos en centros Caja pone énfasis en atacar plazos para disminuir las listas Impacto de medidas Pacientes aguardan, en promedio, 180 días menos que en 2014
En la segunda semana de mayo, 1.700 pacientes de comunidades del Pacífico central del país salieron de las listas de espera de los hospitales Max Terán de Quepos y Monseñor Sanabria, de Puntarenas en donde llevaban varios meses y hasta años esperando atención.
Un equipo de médicos especialistas viajó desde San José y Puntarenas al hospital quepeño para desarrollar lo que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha bautizado como “campañas de alto impacto”.
Son misiones que, en el tiempo ordinario de trabajo y sin cobrar horas extra, ayudan a sacar las listas de aquellos hospitales con plazos más prolongados.
La Caja informó de que durante esa semana de trabajo en Quepos se realizaron ultrasonidos, pruebas de función pulmonar, estudios de colon y de estómago, pruebas de esfuerzo, de fondo de ojo y consultas de Cardiología, Fisiatría y Gastroenterología.
Las autoridades, encabezadas por su presidente ejecutivo, Román Macaya, aseguran que este tipo de medidas, en complemento con otras acciones, han reducido sustancialmente los tiempos de espera desde el 2014.
Datos facilitados por la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE), de la Caja, a solicitud de este diario, muestran cómo, en promedio, las personas esperan hoy 180 días menos por una cirugía en comparación con el 2014.
En especialidades quirúrgicas como Ortopedia -una de las más críticas-, los tiempos bajaron 190 días en ese periodo (pasaron de 760 días de espera en el 2014 a 570 este año).
En Oftalmología, hoy se esperan 218 días menos para una operación que hace cinco años (el plazo se redujo de 468 a 250 días) y en Cirugía Maxilofacial 489 días menos que en el 2014 (bajó de 994 días promedio de espera a 505 días este año).
Las reducciones también se han registrado durante el mismo periodo en los procedimientos diagnósticos.
Para un ultrasonido general hoy la espera promedio es de 288 días (160 días menos que en el 2014), mientras que para una gastroscopia programada el plazo de espera promedio es de 151 días en la actualidad (hace cinco años había que esperar 273 días).
Sin embargo, la reducción registrada no es suficiente. La recomendación internacional es llevar las cifras a plazos considerados razonables para los enfermos: entre tres y seis meses, según el procedimiento y la patología.
La apuesta de la Caja para bajar los tiempos de espera en cirugías, procedimientos diagnósticos y citas con el especialista también incluyen las llamadas jornadas de producción quirúrgica.
Estas jornadas se realizan después del tiempo ordinario (a partir de las 4 p. m.). En ellas, se han invertido más de ¢47.000 millones en el pago de horas extra al personal que participa (cirujanos, enfermeras, asistentes, vigilancia, misceláneos, secretarias, entre otros) desde el 2014.
Solo para este año, la Junta Directiva aprobó ¢20.000 millones para el pago de horas extra de esas campañas en los hospitales que presenten un proyecto.
Esa inversión representa un 0,7% de todo el presupuesto del Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM), uno de los dos administrados por la institución, además del de pensiones, informó Macaya.
El funcionario aclaró que, a pesar de lo presupuestado, se calcula que este año lo máximo que se llegará a desembolsar por este concepto son ¢15.000 millones.
Macaya, por ahora, no habla de segundos turnos. Alega que todavía no han logrado llenar las necesidades de especialistas del primer turno (6 a. m. a 2 p. m.) en la mayoría de hospitales; principalmente los regionales.
Conjunto de acciones. Según las autoridades institucionales, estas reducciones se han logrado por la combinación de un conjunto de acciones.
La principal, quizá, es introducir en sus discursos y planes contra las listas el enfoque de que “la Caja es una”.
Bajo ese concepto, los actuales jerarcas continuaron y reforzaron una medida que se inició en la anterior administración, relacionada con la organización de las siete redes de servicio institucionales para que trabajen de manera sincronizada y no como islas de un archipiélago, separadas entre sí, como habían funcionado hasta hace poco.
Esto hace que ahora los pacientes puedan ver resuelto su caso en cualquier hospital de la red de la Caja que tenga la capacidad para hacerle su operación, examen o consulta con el médico especialista.
Otra medida es la inversión en jornadas de producción quirúrgica hospitalaria, con proyectos que deben presentar los hospitales para su aprobación y financiamiento.
Según la UTLE, en el 2014 se realizaron 4.233 jornadas de producción; en el 2017, se realizaron 14.119, y el año pasado, 14.684.
Los centros presentan a la Gerencia Médica proyectos en las especialidades en donde necesiten desahogar los cuellos de botella.
A diferencia de décadas anteriores, en donde las cirugías realizadas se pagaban antes de que estas se hicieran, hoy se cancelan contra producción.
Por otra parte, está el desarrollo de jornadas de alto impacto con misiones de especialistas viajando por todo el país, como la de Quepos.
Una jornada similar se hizo hace una semana en Cóbano de Puntarenas, desarrollada por especialistas de la Clínica Oftalmológica.
Dentro de poco, otro equipo de profesionales visitará con el mismo objetivo el Hospital Escalante Pradilla, de Pérez Zeledón.
Más de 1.042 procedimientos diagnósticos y cirugías se han resuelto con esta modalidad, a lo que se suman 2.693 citas con el especialista en áreas como Fisiatría y Rehabilitación, Cardiología y Dermatología.
Además, la CCSS está cambiando otro concepto. Ya no enfoca el manejo de las listas en la cantidad de personas sino que se concentra en los tiempos de espera.
“Queremos hablar de tiempos, y si existe la oportunidad de reasignar pacientes de un hospital a otro para que lo atiendan más rápido, se hace; es donde entramos al concepto de que la Caja es una (...)”, manifestó Macaya.
Añadió que el trabajo en red representa todo un esfuerzo operativo que implica dotar de personal, infraestructura y tecnología a todos sus centros, especialmente los que están fuera de San José.
La sentencia que giró la Sala Constitucional el 29 de marzo es un elemento fundamental que se agrega a todo este proceso, pues obliga a la CCSS a hacer algo, de una vez por todas, y sin más dilación.
El fallo fijó un plazo límite de seis meses para que la entidad proponga una solución integral a las listas de espera, lo cual mantiene los ojos de los magistrados y de la Defensoría de los Habitantes sobre el cumplimiento de esa orden.